El alcalde de Santa Margalida, Martí Torres (PP), presentó ayer su renuncia al cargo durante el transcurso del pleno ordinario con el objetivo de cumplir los acuerdos del pacto alcanzado a principios de legislatura entre PP y Convergència-El Pi.

Mañana miércoles, el líder regionalista Joan Monjo será elegido como alcalde hasta el final de la legislatura. En un pleno al que asistieron varias decenas de ciudadanos y cargos del PP como Sebastià Sagreras o Martí Sansaloni, Torres destacó la gestión "positiva" que ha llevado a cabo el equipo de gobierno durante el primer año y medio de legislatura y alabó la figura de su socio Joan Monjo, próximo alcalde, al que definió como un "político trabajador" y con "recursos para gestionar el día a día con efectividad".

Torres explicó que el acuerdo entre PP y Convergència-El Pi "se firmó con el objetivo de dar estabilidad a la situación política del municipio" en un momento político "complicado". "Ahora más que nunca oimos hablar de mociones de censura, bloqueos institucionales y paralización administrativa debido a la falta de entendimiento entre las fuerzas políticas elegidas por los ciudadanos".

A su entender, "la época de las mayorías absolutas ha pasado a la historia". Instó a los dirigentes políticos a "dejar de lado los individualismos" y apostar por el "diálogo, la negociación y los acuerdos con otras formaciones".

A nivel local, subrayó que se ha "conseguido" la estabilidad política y expresó su "satisfacción" por los logros obtenidos a pesar de que "ha sido un periodo corto" y muchos de los proyectos iniciados no empezarán a dar frutos hasta más adelante.

Destacó el Plan Estratégico de Turismo como uno de los proyectos a largo plazo más significativos y se refirió a los contratos de limpieza viaria y recogida de residuos y de explotación y limpieza de las playas como los "más importantes" de la legislatura. "También se ha invertido en cultura, educación y deportes y se ha dado cobertura a las necesidades sociales del municipio", concluyó.

Por su parte, el futuro alcalde Joan Monjo quiso desmentir las especulaciones de malas relaciones entre los dos partidos y aseguró que "nunca había visto" una mejor convivencia entre los regidores de ambas formaciones, que "son gente normal". A su juicio, la gestión del pacto "va perfecta", a pesar de admitir que había habido "relaciones complicadas" con el alcalde dimisionario.