El nuevo proyecto de reforma de la carretera entre ses Salines y la Colònia de Sant Jordi reduce en cuatro metros la anchura de la carretera respecto a la primera propuesta de ampliación (de 16 a 12 metros) e incluye un paseo de 3,5 metros destinado a viandantes y cicloturistas, la cual cosa supondrá un menor impacto tanto visual como ambiental. A la espera de una evaluación definitiva de impacto ambiental, el alcalde Bernat Roig afirma que "lo más importante es que se garantice la seguridad de la gente, ya que actualmente hay tramos que no cumplen los mínimos de seguridad establecidos".

Asimismo el Ayuntamiento ha pedido al Consell que el proyecto "sea prioritario". Tras la reunión mantenida esta semana entre el alcalde y el director insular de Carreteras, Joan Cifre, el consistorio cree que se cumplirán la mayoría de peticiones realizadas también por las asociaciones y vecinos "para tratar de mejorar la seguridad de esta vía tan transitada".