-¿Cómo surge el proyecto de 'La idea es infinita'?
-El libro forma parte de un trabajo que se me encargó hace unos veinte años, juntamente con Joan Rai, relacionado con la historia de Capdepera. Al empezarlo vimos que había mucha información y pensé que algún día haría algo con ella. Hace dos años me propuse escribir sobre el uno de mayo en Capdepera, y a medida que escribía, pensé que tenía que hacer una crónica del socialismo gabellí. Mi implicación personal no sé si es buena o mala para la obra, pero he tratado de ser lo más profesional y el producto final creo que tiene cierta objetividad histórica.
-¿Por qué se titula así?
-En principio no tenía que ser ese el título, pero un día me di cuenta de que Maria Vaquer, una feminista y socialista relevante del municipio, citaba esta frase en un articulo y pensé que podría servir, ya que su interpretación abre un abanico de posibilidades. Las ideas no se pueden asesinar ni hacer desaparecer mientras haya personas que crean en ellas.
-¿Cómo nace este socialismo obrero en Capdepera?
-El pueblo vivió su peculiar historia, tuvo un comportamiento demográfico y social diferente, con factores que marcaron este nacimiento obrero. Uno es la manufacturación de la llata (palmito) que le da un plus industrial e implicó la participación de la mujer. Otro sería la implantación de doctrinas o religiones como el metodismo o el espiritismo. Capdepera a principios del siglo XX, había vivido un movimiento social diferente a la que tenían otros pueblos y también era conocedora de un visión religiosa diferente de la que daba la Iglesia Católica. Esto facilitó la implantación de otra idea política como era el socialismo, ligada al republicanismo. El socialismo quiso ir mas allá con una participación política de la clase obrera. En 1900 llegan las ideas socialistas a Capdepera Con Miguel Ferrer y será en este periodo cuando se formen las Juventudes Socialistas, el Grupo femenino socialista, y un poco más tarde, la agrupación socialista.
-¿Cuáles son los personajes clave de este periodo?
-Miguel Ferrer Gallu podríamos decir que es el alma mater que junto con su esposa, Magdalena Coll Fornera, familiar directo del fundador del metodismo en Capdepera, formaban un tándem muy potente. Muy importante fue también, Josep Terrassa, el primer regidor obrero. También hubo algunos personajes que destacaría, como Bartomeu Gili y Antoni Domínguez; este último tenía las ideas claras y una visión nada partidista y muy amplia. Escribió muchos artículos antes de morir fusilado en Menorca a los 36 años.
-¿Cuál es el papel de la mujer en este periodo obrero?
-La mujer en el metodismo ya tenía un papel importante, con la llegada del espiritismo, aún mas. Esto les permitió tener formación y jugar un papel relevante en la sociedad, como la igualdad, la participación en la vida política, la posibilidad de tener personalidad jurídica propia diferenciada de la del marido, etc. Capdepera llegó a tener un grupo femenino de los más importantes de Mallorca, con gran actividad cultural, política y social. Un aspecto que sobresalía en el grupo feminista era la ayuda mutua que mantenían sus integrantes, la solidaridad era muy fuerte.
La ´llata´ abrió el mercado laboral a la mujer.
-¿El libro finaliza en 1936, por qué?
-Porque la brecha que se abrió fue tan grande, que pensé que tal vez requiriera otro libro. A pesar de que hago referencias en la parte final de la suerte que corrieron algunas personas detenidas.
-¿El libro recoge una foto de presos, algunos de Capdepera, quiénes fueron estas personas?
-Es una fotografía tomada en la cárcel de Manacor, son presos políticos de 1936 y entre ellos están los que hemos podido identificar de Capdepera. Algunos de ellos fueron fusilados, como el caso de Tomeu Servera y enterrados, en Porreres, Son Coletes y otros lugares. Mientras que el resto padecieron penas de reclusión durante muchos años.
-¿Cómo fue la última etapa del socialismo que usted narra?
-Cuando, en julio de 1936, estalló el golpe de estado, el local social de la junta socialista de Capdepera fue asaltado. Quemaron en la plaza de l'Orient, muchas cosas de su interior: muebles, libros, etc. pero no quemaron los papeles organizativos de la agrupación, así como los de las juventudes socialistas y el grupo feminista. Los libros de actas y otra documentación fueron entregados en depósito a la Guardia Civil de Artà. Esta documentación sirvió para inculpar a los procesados en los consejos de guerra. Que no se destruyeran estos documentos ha sido clave.
-Y para finalizar, ¿qué le parece los poblemas surgidos recientemente con el PSOE?
-Para mi es difícil pronunciarme, no es el momento de simplificar ni de cargar las tintas contra los militantes ni votantes. Todo esto ha pasado ahora, pero el problema viene del congreso de 1974 y de los pactos de la transición. Después de 40 años de la muerte del dictador aún estamos desenterrando muertos en Porreres. Han pasado mas de veinte años de gobiernos socialistas que han sido incapaces de cerrar esta herida. Cabe esperar para saber si la militancia será capaz de reaccionar.
