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Medio ambiente

Palomas, la octava plaga

Varios municipios del Raiguer proceden a su captura de forma masiva porque se ha constatado un gran aumento de estas adaptables aves en las zonas urbanas tras desaparecer los palomares particulares

La paloma doméstica es muy adaptable y los recovecos de edificios e iglesias son ideales para ella.

Durante el año 2016 se ha comprobado un aumento de la existencia de palomos fuera gestión en los cascos urbanos, especialmente de algunos municipios de la comarca del Raiguer, pero también en zonas del Pla, y en algunos otros puntos de Mallorca. Sólo durante el primer semestre de 2016, la Fundación Natura Parc ha capturado de manera incruenta un par de centenares de estas aves en los municipios de la Mancomunidad del Raiguer.

Fuentes municipales señalan que recientemente se han capturado 200 palomos asilvestrados en Alaró. La teniente de alcalde de Consell, Margalida Llabrés, mantuvo la semana pasada una reunión con responsables de la fundación para que se lleve a cabo una campaña de colocación de jaulas trampa para disminuir la población de palomas.

Llabrés explica que "causan muchos problemas, con especial incidencia en las zonas próximas a la parroquia, donde han encontrado refugio en los recovecos de la fachada de la iglesia y algunas construcciones próximas". Las molestias que aduce la edil se refieren especialmente a la acumulación de excrementos. "No solo son molestas para los peatones que se ven salpicados por las heces, sino para los tejados -explica la responsable municipal-. En Consell aún hay muchos vecinos que recogen el agua de lluvia en aljibes y los excrementos acumulados en tejados y canalones la contaminan".

Palomas domésticas

El presidente de la Fundación Natura Parc, Antoni Mas, señala que se trata de palomos domésticos (Columba livia domestica) que se han convertido en una auténtica plaga". En su opinión "la principal causa es el abandono de costumbres tradicionales. Principalmente debido al hecho de que antes existía un gran número de palomares en los pueblos destinados al consumo humano".

Del mismo modo, la existencia de edificios y propiedades abandonadas o deterioradas, e incluso edificios de nueva construcción con diseños que facilitan la colonización de las aves, provocan que sean ocupados por los palomos que viven en los cascos urbanos, puesto que estas edificaciones representan un gran refugio para su estancia y cría.

Por otra parte, los palomos domésticos son hábiles buscando comida, abundante en las papeleras y el suelo de los pueblos.

También se ha observado un aumento de la colonización de la paloma torcaz -tudó, en catalán- (Columba palumbus), en zonas residenciales de la costa. Principalmente en lugares donde abunden grandes pinos como, los que se encuentran en diferentes avenidas y calles, perjudicando a los ciudadanos -ensucian y degradan mobiliario urbano, vehículos, depósitos de agua, etc-. La paloma torcaz es un animal que durante los últimos años ha proliferado; ha perdido el miedo al hombre, y ha bajado de las montañas y zonas forestales hacia zonas de cultivo próximas a cascos urbanos, para alimentarse, y se han establecido en el interior de las urbes por la seguridad que les proporcionan.

Captura incruenta

Los palomos se capturan de manera incruenta y, para darles una segunda oportunidad, se destinan al Proyecto Europeo Life Bonelli, en el que participa la Fundación Natura Parc.

"El control de fauna, sea sobre la especie que sea, es imprescindible debido a diferentes aspectos, como son: la desaparición y falta de gestión tradicional de ciertas especies en el campo; la introducción de especies exóticas en el ecosistema; y la introducción y proliferación de especies catalogadas como invasoras. Llevar a cabo el control sobre ciertas especies, quizás no sea popular, pero es totalmente necesario e imprescindible para la conservación de la fauna y flora de nuestros delicados ecosistemas", precisa Mas.

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