La ensaïmada se encuentra en horas bajas y la asociación de horneros y el Govern trabajan mano a mano para su recuperación. Josep Magraner, gerente de la asociación explica que "la ensaïmada padece el problema de que es un producto que precisa mucho trabajo y es muy perecedero. Para que se la impulse en necesaria mucha promoción. Es cierto que las instituciones están muy por la labor pero nos encontramos con que los pasteleros deben invertir mucho en un trabajo que no rinde tanto como otros muchos que también elaboran". Por otra parte, el propio reglamento es un corsé ya que limita mucho la ensaïmada considerada como mallorquina. Admite sólo unos tipos muy concretos y la forma enrollada. El maestro jubilado Lluís Brunet indica, por otra parte que "de cada vez se cierran más hornos tradicionales y se abren grandes superficies. Eso abunda en una reducción de la calidad y por tanto de la demanda de los consumidores".