Llegado el primer viernes de noviembre, los quintos nacidos en 1956 en Petra, volvieron a cumplir con la buena costumbre de celebrar una cena anual. Este año la efemérides tuvo un significado especial al alcanzar sus componentes los 60 años de edad. Fue momento para la nostalgia, el recuerdo, el buen humor, la ocurrencia y la expansión de buenos deseos para las mujeres y hombres que conforman una quintada heterogénea pero fiel a sus lazos de siempre. La cena, en el Cruce.