La actividad es intensa por parte del equipo de profesionales y voluntarios dirigidos por el especialista en exhumaciones Francisco Etxeberria, y se suceden las visitas en la fosa de Porreres.

Van aparaciendo esqueletos humanos y, a su vez, ya han sido hallados un botón, un alambre, proyectiles, medallas religiosas, zapatos y calzadores. Se baraja la posibilidad de que dicho metal pudo servir para atar por la muñeca a presos republicanos. Hay cuerpos de personas asesinadas arrojadas de cualquier manera y mezcladas entre sí.