Esta columna carece de ánimo demoscópico, pero uno no se equivocaría mucho si dijera que la preocupación número uno de los 'calvianers' ahora que ha llegado octubre es la estacionalidad turística: el cierre de hoteles y comercios. Por eso, sorprende que en el pleno de hoy, que se hace en el mes que simboliza el inicio del 'cerrojazo', los partidos presenten ocho mociones y ninguna de ellas haga la más mínima referencia a cómo reducir el periodo de hibernación calvianera. Hoy se debatirá, por ejemplo, sobre una "comisión de conservación y divulgación de las raíces mallorquinas", de la agresión a dos guardias civiles en Alsasua, de la potenciación del coche eléctrico y de la limpieza de fondos marinos. No se discute aquí la procedencia o no de abordar estos temas, sino de llamar la atención sobre el hecho de que, en una sesión plenaria tan extensa como la de Calvià y en un mes tan señalado como éste, nadie del gobierno o de la oposición haya pensado en hablar, ni que fuera unos minutos, sobre el, posiblemente, problema número uno.
