Una cantera, según los diccionarios, es el lugar de donde se saca piedra, greda u otra sustancia análoga para obras varias. Básica para múltiples iniciativas, desde las pirámides de Egipto hasta el Palacio de Congresos de Palma, protagoniza un libro cuyos autores son padre e hijo, los felanitxers Antoni Martorell Adrover (nacido en el año 1952) y Jaume Martorell Barceló (1980). Lo presentarán hoy, jueves, a las 20 horas, en la sala de actos de la Casa de Cultura de Felanitx. El historiador Gaspar Valero, que aporta la introducción y notas históricas a la obra, titulada Cronologia de la utitilitat de les pedreres de Mallorca, también intervendrá. Se han implicado, de cara a convertir en realidad la interesante publicación, el propio Centre Cultural y Ajuntament de Felanitx, y el Consell de Mallorca. La impresión, a cargo de Gràfiques Llopis.
Los Martorell, entrevistados ayer por Diario de Mallorca, explicaron que el objetivo es dar a conocer el patrimonio que representan las canteras. Reconocieron que es un negocio mal visto principalmente por su impacto medioambiental, "pero también es un negocio necesario: carreteras, hospitales, escuelas, universidades, puertos, aeropuertos, casas, fincas de pisos e incluso existe relación directa con la pasta de dientes y las cáscaras de huevo". No en vano, "es el segundo producto más consumido de los países industrializados del planeta Tierra, sólo por detrás del agua". A su vez, los autores del libro quieren dar a entender que, una vez terminada la vida útil, las canteras pueden pasar a ser, con una restauración responsable, "algo agradable a la vista, un escenario patrimonial donde por jemplo la serie Juego de Tronos ha grabado escenas, un jardín botánico, un centro de recuperación de la fauna y flora autóctona, espacio para conciertos, un parque, etc. En definitiva, las canteras tienen, sin duda alguna, un gran potencial turístico y económico".
Los datos que ofrece Cronologia de la utilitat de les pedreres de Mallorca son de lo más llamativos. En la isla se suman hasta 1.008 canteras inactivas catalogadas. El total de activas, registradas hoy en día en Balears, asciende a 126, de las cuales un centenar se hallan en Mallorca. ¿Las más antiguas que hay? Datan de la época pretalayótica. Si en el municipio de Felanitx se llegaron a contabilizar unas 23 canteras de grava, ahora sobreviven apenas 3: Can Xot, Calmo y Can Centes.
Joan Oliver, un pionero
Precisamente los Martorell gestionan Can Xot. Resulta que el bisabuelo Joan Oliver Albons viajó a Cuba y luego trabajó en el Canal de Panamá. Se dio cuenta de que la extracción comercial de grava podría tener éxito en Mallorca. Así, regresó y fue uno de los pioneros. En 1927 comenzó el trabajo en Can Xot, inicialmente en el Puig dels Molins. Desde 1985, la actividad se lleva a cabo en la carretera de Sant Salvador, hm 2.
Evidentemente, la crisis económica, sobre todo a partir de 2007, ha pasado factura. "La producción bajó hasta un 70%", indican. Este 2016, el sector "empieza a remontar un poquito". ¿El futuro? "Un futuro muy parecido al de las grandes superficies comerciales, las fábricas téxtiles y el sector primario. Juegan un papel clave las exigencias de la Unión Europea y los conocidos efectos de la globalización. Cada vez habrá menos canteras, éstas serán más grandes y más competitivas. Todas las pequeñas, si no se reinventan, prácticamente están condenadas a desaparecer". Cabe apuntar que, en estos momentos, las canteras de Balears están inmersas, con el Govern, en un proceso de regularización total. No se descarta que algunas renuncien a presentar la pertinente documentación y ello se traduzca en clausuras.
Cantera de marés en sa Mola, Felanitx.
La media española actual de consumo de grava por persona y día es de unos 14 kilos. En Mallorca sobresalen, como no, las famosas pedra de Binissalem, "que es la más emblemática", y la pedra de Santanyí, "la más especial" y "única", al extraerse puramente en la zona de Felanitx y Santanyí (comarca del Migjorn).
Antoni y Jaume también agradecen la ayuda por parte de miembros de la Associació de Pedreres de Mallorca, de la que justamente Antoni lleva ya varios años como presidente. Admiten que el trabajo de campo, necesario para poder hacer el libro, ha sido muy laborioso y, al mismo tiempo, una tarea apasionante. Remarcan que las canteras "han sido, desde hace siglos, objeto de estricto control estatal y autonómico, no es cierto aquello que piensa mucha gente de que aquí ha reinado la ley de la selva, y diversa documentación histórica así lo constata". En los últimos dos años pronunciaron conferencias en Palma, Cas Concos, es Carritxó, Manacor y Portocolom.
