Cerca de una treintena de equinos con sus respectivos jinetes participaron ayer en la 27 edición de la Pujada a Lluc amb Bísties que se organiza cada año desde Sóller y en la que se agrupan numerosos aficionados a los caballos de distintos lugares de Mallorca.

Junto a los caballistas, otro grupo se sumó a la ´pujada´ a bordo de carros con los que ascendieron las empinadas cuestas de la carretera del Puig Major. Los que iban a caballo realizaron la ascensión por caminos de montaña.

Tal y como manda la tradición, el punto de encuentro fue la Font des Noguer, cerca del embalse de Cúber, donde a partir de mediodía comenzaron a llegar los participantes para hacer un alto en el camino. El motivo no era otro que el de dejar descansar a los animales después de horas de galopar y participar en la merienda que familiares y amigos de los excursionistas habían llevado hasta el manantial de la Serra en coche. El ayuntamiento de Sóller colaboró aportando comida.

Tras el merecido descanso, la romería de jinetes prosiguió su camino -esta vez en descenso- hacia el santuario de Lluc por carretera y atravesando algunas de las fincas más emblemáticas del término municipal de Escorca.