El pequeño empresario de Calvià, el de los bares, restaurantes, souvenirs, supermercados, tiendas de ropa..., se enfrenta con la llegada de octubre a un debate que le acaba desesperando: el de cómo se podría evitar el masivo cierre de hoteles que empieza este mes. Tras conocer las primeras previsiones de cierres en la planta hotelera de este invierno, muy similares a las de los últimos años, asociaciones de comerciantes como Acotur lamentaron ayer que "no se avanza en la lucha contra la estacionalidad". "No es normal que tras cinco, seis meses de grandísima ocupación, la planta hotelera cierre de forma tan drástica y contundente", señaló su presidente, Pepe Tirado. En este debate, los hoteleros suelen aparecer en el punto de mira, aunque no siempre el sector de la oferta complementaria apunta en su dirección. El dueño de un souvenir de Santa Ponça consideraba ayer que la solución requiere de la intervención de varios actores y no sólo de los hoteleros. Pedía que la administración se involucre más en la búsqueda de fórmulas fiscales para incentivar la apertura en invierno. Mientras, hay pequeños empresarios que no se olvidan de la falta de vuelos en temporada baja, que dificultan la difícil ecuación de la lucha contra la estacionalidad. La única realidad es que ´Winter is coming´ (´El invierno está llegando´) y eso suena igual de amenazador en Calvià que en ´Juego de Tronos´.
