Hace solo unas semanas el Govern anunció la habilitación de una partida de 95.000 euros para la apertura de la fosa común del cementerio de Porreres, donde se cree que están enterrados unos 130 asesinados de la Guerra Civil y la represión de 32 localidades distintas de Mallorca. Una ayuda a la que el Ayuntamiento colabora con otros 6.000 euros.
En este sentido las opiniones de los porrerencs son muy variadas acerca de la idoneidad, urgencia y justicia de exhumar los restos; aunque la gran mayoría cree que es necesaria la apertura para de esta manera poder finalizar una de las grandes demandas de los familiares que creen que tienen los cuerpos de sus antepasados en la fosa porrerenca; otros muestran su indiferencia, mientras que un tercer grupo no ha querido opinar públicamente o son reacios a los trabajos que se van a iniciar antes de que finalice este año.
En Porreres son muchos los años que parte de la sociedad viene trabajando, por un lado para mantener en el recuerdo lo que sucedió durante todo aquel periodo negro y por otro apostando claramente por la apertura de la fosa.
En 2004 el PSM organizó un acto de recuerdo para todos aquellos que sufrieron la represión fascista de la Guerra Civil. Siete años después pasó a tener carácter institucional con una comisión municipal que, según ha podido saber Diario de Mallorca ahora se ha ofrecido a la creada por el Govern para ayudar y participar en las tareas organizativas y de ejecución de la exhumación de la fosa.
Unos trabajos que llevarán a cabo un equipo de arqueólogos, antropólogos, historiadores y forenses dirigidos por el doctor especialista en medicina legal y forense, Francisco Etxeberria.
