El pueblo de Binissalem disfrutó ayer de uno de los actos más esperados de las fiestas des Vermar que finalizan hoy. La celebración del tradicional desfile de carrozas por las principales calles del centro colgó de un hilo durante buena parte de la jornada debido a la intensa lluvia que caía a primera hora de la tarde sobre la localidad del Raiguer. Finalmente, la comisión de fiestas decidió, sobre la marcha, que el desfile se retrasaría una hora con respecto al horario previsto en un principio, las 17 horas.

Así pues, las diferentes carrozas participantes, un total de 65, empezaron su recorrido sobre las seis de la tarde, con las calles llenas de gente que no quería perderse el paso del colorista desfile inspirado en la temática vinícola, como no podía ser de otra forma en el municipio 'binissalemer', que dedica sus fiestas exclusivamente a la cultura del vino. No obstante, había menos público que en otras ocasiones porque la lluvia, aunque suave, volvió a aparecer con cierta frecuencia. En cuanto a las carrozas, la participación fue algo menor que en 2015, cuando desfilaron por las calles un total de 74 montajes.

Las carrozas que participaban en el concurso, que premia a los mejores diseños original, tradicional e infantil, fueron de temática muy variada, aunque todas de forma directa o indirecta hacían referencia al producto estrella de las fiestas. Desfilaron complejas comparsas con decenas de jóvenes con ganas de fiesta. Los niños también fueron protagonistas en algunas de las carrozas, algunas de ellas de temática muy original. No hubo muchos mensajes reivindicativos, aunque una de ellas se refería a las posibles elecciones generales que podrían repetirse en Navidad.

Otro montaje llamó la atención porque recreaba el proceso de vendimia pero al revés, empezando por la botella de vino.

La gran mayoría de participantes vestían los trajes de la payesía típica mallorquina. De hecho, fueron muchas las carrozas inspiradas en aspectos propios de la cultura mallorquina.

El desfile de ayer sirvió para que entraran en vigor algunas de las medidas decididas por la llamada comisión de la Vermada para dignificar las fiestas de Binissalem, como la obligatoriedad de que el responsable del montaje pudiera ser identificado sobre la misma carroza o la posibilidad de realizar controles de alcoholemia a los conductores, entre otras. El desfile transcurrió sin incidentes y en tono festivo y divertido.