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Pollença

El Calvari estrena una imagen rejuvenecida

El pequeño oratorio ubicado en lo alto de la montaña desde la que se divisa toda la localidad ha sido objeto de una completa rehabilitación para frenar el deterioro imparable del tejado y la fachada del edificio religioso

Los numerosos visitantes que diariamente suben los 365 escalones más famosos de Pollença y que conducen al oratorio del Calvari se encuentran desde hace varias semanas con un conjunto arquitectónico rejuvenecido. El complejo religioso ha sido objeto de una profunda reforma durante los meses de verano con el objetivo de frenar el deterioro al que estaba sometido desde hacía muchos años este edificio protegido en el catálogo patrimonial del ayuntamiento de Pollença.

Casi un mes después de la inauguración de la reforma, el rector de Pollença, Xisco Vicens, expresa su satisfacción por el resultado. "Se ha hecho la reforma como si el edificio fuese un Bien de Interés Cultural (BIC)", apunta.

Apuntes históricos

El conjunto tiene una gran importancia histórica, ya que desde la conquista de Mallorca hasta 1314 la montaña de 120 metros donde se sitúa el Calvari perteneció a la orden del Temple, que situó en esta zona el lugar para ejecutar a los delincuentes de su jurisdicción. Por este motivo, la montaña se conocía con el topónimo de Puig de les Forques (horcas, en castellano). Entre 1314 y 1840, el Calvari pasó a ser propiedad de los caballeros de Sant Joan de Malta, hasta que la desamortización de Mendizábal entregó el conjunto al Estado. Más tarde, en 1860, Guillem Cerdà Cànaves compró la finca y cedió al pueblo los terrenos necesarios para construir el camino de acceso y la escalinata.

La principal actuación ha consistido en la construcción de un nuevo tejado, ya que la anterior cubierta "era un colador" por el que se filtraban las goteras, acelerando todavía más el deterioro del interior de la pequeña capilla y de las obras de arte que se custodian, principalmente el Cristo de origen gótico que preside el altar del templo. Se trata de una figura medieval de piedra única en Mallorca en la que aparece la Virgen a los pies de su hijo crucificado, con una inscripción en la base.

Fue trasladada al Calvari en el año 1488, lo que motivó la construcción de un pequeño porche que sería el germen del actual oratorio, bendecido en el año 1799 y que, según los historiadores, es obra de Fra Miquel de Petra, sobrino del mismísmo Junípero Serra y autor de otras fachadas clasicistas como la del convento dels Caputxins de Palma.

La otra gran intervención se ha centrado en la fachada del templo, que ha sido estucada de nuevo y se han colocado piezas de 'marès' sobre las más desgastadas. En la base del oratorio también se han restaurado algunas piezas de 'marès', con la particularidad de que se ha conseguido la piedra de la misma cantera de Cala Sant Vicenç de la que proviene el material usado en la construcción original.

La espadaña que culmina el oratorio ha sido prácticamente reconstruida porque se encontraba en muy mal estado, "a punto de caerse", según el rector. En su interior descansa una campana de gran valor de la que se ha cambiado la culata. Data del año 1847 y fue creada por Bonaventura Pallès, un campanero catalán. Actualmente, se sigue tocando de forma manual.

El coste de la reforma ha sido de 103.000 euros, aunque todavía falta sumar la cantidad correspondiente al final de obra. El rector destaca que buena parte del presupuesto ha sido financiado con la aportación de los feligreses, unos 24.000 euros, y mediante algunas campañas específicas que se han llevado a cabo para recaudar fondos. La diferencia proviene de los "remanentes" que tiene la parroquia de Pollença.

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