El parque ambiental de la Gola, ubicado en el corazón del Port de Pollença, una de las zonas turísticas más importantes de la isla, es una escala habitual de las aves migratorias, algunas de ellas singulares, pero también de humanos incívicos sin ningún respeto por el medio ambiente. Estos individuos visitan el humedal de forma frecuente, obligando a la administración pública a incrementar las tareas de limpieza y mantenimiento del parque.

Desde el pasado mes de febrero, fecha de la reapertura al público del parque de la Gola después de varios años de desinterés institucional y consecuente degradación, una brigada del Institut Balear de la Natura (Ibanat) realiza tareas de limpieza dos veces a la semana para eliminar el rastro que los incívicos dejan en forma de colillas de tabaco, excrementos de perro y otros residuos. "Desgraciadamente, el parque de la Gola es de forma frecuente víctima de actos de incivismo y mal uso, y por ello necesita un trabajo constante de mantenimiento", lamentaba ayer el Ayuntamiento.

Durante la última actuación de la brigada del Ibanat se retiraron numerosos residuos sólidos que habían sido depositados en la laguna del parque, principalmente residuos plásticos, una tarea para la que fue necesaria la utilización de un pequeño bote.

A pesar de la mala imagen que se empeñan en causar quienes ensucian el parque, la Gola sigue siendo centro de peregrinación de numerosos turistas. Según los datos aportados ayer por la institución municipal, que a principios de año contrató a una empresa para gestionar el espacio húmedo, desde la reapertura del parque hasta la actualidad han pasado por el centro de recepción de la Gola un total de 3.006 visitantes, entre ornitólogos, turistas y visitas escolares. Un 73 por ciento de los visitantes son de origen extranjero y destacan especialmente los británicos, grandes aficionados al mundo de la ornitología.

De hecho, uno de los grandes objetivos de la Gola es el de potenciar el turismo ornitológico. El Ayuntamiento ha participado en la feria especializada de Rutland, considerada la más grande del mundo, y en la Falsterbo Bird Show de Suecia, y tiene previsto asistir a otros tres eventos ornitológicos organizados en diferentes países este mismo año.