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Costitx

Identifican hasta ocho navetas en el poblado de es Turassot

El yacimiento está apenas empezando a ser desbrozado y delimitado - El poblado fue habitado hasta aproximadamente el año 1.000 a.C. y luego fue abandonado sin otro uso hasta el siglo XX

Parte del interior de una de las navetas identificadas. Pep Córcoles

Es Turassot es una finca del municipio de Costitx, un pedregal situado junto al observatorio astronómico de Mallorca, pero atesora un yacimiento arqueológico de increíbles posibilidades. Los trabajos para desentrañar el pasado remoto del lugar apenas están empezando, pero ya ponen de manifiesto la importancia del lugar. Sin duda alguna albergó una importante comunidad ganadera de la época navetiforme de Mallorca (1.700 a 1.200 a.C.)

Los científicos y voluntarios que trabajan en el lugar son dirigidos por la arqueóloga Bea Palomares, que ayer condujo una jornada de puertas abiertas con motivo de las fiestas patronales de Costitx. Palomares ofreció una minuciosa y detallada explicación a las varias decenas de interesados que se desplazaron hasta el lugar.

Tesoro histórico

Es Turassot contiene, como mínimo ocho navetas ya identificadas. Cabe explicar que el conjunto de habitáculos detectados están compuestos por una naveta triple; dos navetas dobles y una sencilla. Todas fueron construidas con la misma orientación: la entrada al sur y el fondo al norte, que les garantizaba insolación durante todo el día. Junto a ellas aparecen visibles restos de lo que los arqueólogos identifican como corrales para ganado.

Eso no significa que no vayan a aparecer más estructuras; de hecho, los arqueólogos confían en que así sea pues, se ha delimitado una superficie de aproximadamente una hectárea en la que existe posibilidad de que aparezcan restos.

Hasta el momento, no se ha encontrado nada en superficie, lo que lleva a suponer que el poblado fue abandonado probablemente hacia el año 1.000 a.C. A principios del siglo XX fueron construidos hornos de cal en el lugar, e incluso se produjeron voladoras buscando restos arqueológicos cuando en Son Corró, aparecieron los Caps de Bou, "aunque por fortuna se cansaron pronto", asegura Palomares.

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