El colegio público Pere Cerdà iniciará el curso escolar con dos aulas prefabricadas a la espera que en los próximos meses se ejecute la esperada ampliación del centro con la que se completen las líneas de educación infantil y primaria.

Los operarios iniciaron el lunes los trabajos para construir las riostras de hormigón en las que en los próximos días se asentarán los dos barracones provisionales que acogerán los alumnos a partir de la próxima semana. La adecuación de estos espacios provisionales ha venido motivado por el retraso que acumula la cesión de la Casa del Mar, un edificio anejo al colegio en el que para este curso tenían que adecuarse dos aulas con el fin de adaptar las instalaciones a los nuevos cursos que se imparten en el centro.

La concejal de Educación de Sóller, María Cruz Enseñat, explicó que la cesión del edificio de la Casa del Mar está a la espera de la decisión de debe tomar la Tesorería General de la Seguridad Social, su propietario, para que pase a estar gestionado por el ayuntamiento de Sóller. Enseñat aseguró que tan pronto se lleve a cabo su cesión se llevarán a cabo los trabajos para adecuar las dos nuevas aulas ya proyectadas por los técnicos. Por consiguiente, dio por hecho que el uso de los barracones será provisional por unos meses.

La cesión de la Casa del Mar es un proyecto que se remonta a la pasada legislatura, cuando Sóller adecuó una unidad básica de salud en otro edificio municipal con el fin de cambiar los uso del edificio de pescadores a las necesidades del colegio. A pesar de ello, las trabas burocráticas han ralentizado la cesión del edificio y, por ende, la ejecución del proyecto de ampliación definitiva del colegio Pere Cerdà. Además de los barracones que se instalarán en los próximos días, se le suma el uso de la antigua oficina de información turística del Port, un edificio que el año pasado fue reformado para acoger a los alumnos en otra aula temporal.