Los arqueólogos han llevado a cabo una campaña de excavación este año que comenzó el pasado día primero de agosto y finalizó el viernes. Si algo hay que destacar de este año es que Son Real no deja de sorprender pues se creía que ya estaba todo casi excavado y que no habría nuevas sorpresas cuando han aparecido tumbas de un nuevo tipo y con un enterramiento distinto a los vistos hasta el momento.
Este año se han abierto y excavado dos nuevas tumbas cuya característica principal es su forma circular y la laboriosidad con que fueron excavadas. Presentaban una fosa labrada en la piedra para soterrar un cuerpo -hasta ahora se ha visto que sólo varones adultos- en posición fetal forzada.
Sobre esta fosa y el esqueleto los científicos encontraron una gran losa, en ambos casos. La segunda tumba, por ejemplo, estaba cubierta por una losa de 2,20 metros de largo por 1,45 metros de ancho y 50 centímetros de grosos. Su peso era de 2,5 toneladas. Eran pues tumbas que no pensaban volver a abrir. Circundando a esa losa se construyó luego un túmulo circular.
En la primera de las tumbas abiertas este año se había cubierto el túmulo y bajo la cubierta apareció un enterramiento posterior en el que se encontraron restos de otro adulto y un individuo infantil, que hace sospechar que puedan ser parientes del varón enterrado en la planta inferior, aunque es sólo una suposición sin fundamento científico.
Los huesos
Las dos tumbas fueron excavadas y los restos humanos retirados para que los antropólogos efectúan ahora sus estudios. Jordi Hernández explica que "queda ahora mucho trabajo pues los antropólogos pueden aclarar muchas dudas sobre, por ejemplo, la edad, la alimentación, las causas del fallecimiento, lesiones o dolencias etc...".
El equipo de Bernat Burgaya se ha encargado de volver a colocar las piedras movidas en su lugar y de restaurar las dos sepulturas para que puedan ser visitadas, si el mar no decide lo contrario.
