Fieles a su tradición, los alaroners, danzaron al ritmo de la música con sus originales disfraces, llenando las calles del municipio de color, diversión, música y muchas risas en la tarde de ayer.

Seis fueron las carrozas que integraban el desfile y, aunque el número no fue muy elevado, sí lo fue la participación de vecinos que formaba cada grupo provocó que unas 500 personas desfilasen por el pueblo, ante la divertida mirada de un animado público.

El Gran Circ fue el encargado de abrir el desfile, con una espectacular puesta en escena a su llegada a la Plaza del Ayuntamiento, que invitaba a todos los que se congregaban allí a participar de esta fiesta. Tras ellos, les seguían Vietnam; el clásico que no podía faltar este año, los Pokémons; unos impresionantes Dimonis; Semos 300; y cerrando la desfilada, un original Eixam. Amenizando el desfile, además de la música que cada carroza llevaba en sus tractores, la banda local, Cabrit i Bassa y el grupo Batucrack Batucada.

Desde el año pasado una comisión de voluntarios se encarga de la organización y dirección del desfile de carrozas. Los miembros de esta comisión son los responsables de elegir el jurado entre los alaroners que forman parte de diferentes asociaciones y otros colectivos. Los premios fueron para las carrozas: Gran Circ (primer premio); Eixam (segundo) y Vietnam (tercero).