Doce dedos, o un palmo y dos dedos, lo que es igual a 12 grados. Esa era la distancia entre la Luna y Marte el pasado 9 de agosto cuando el curso de Iniciación al Cosmos, impartido en el Observatorio Astronómico de Mallorca, reunió a unas 70 personas deseosas de aprender a descifrar el cielo. Conocer el espacio exterior repleto de planetas, satélites, estrellas, constelaciones, galaxias, cometas? Es el enigma que ha movido a personas de todo tipo y edades, a participar en este curso en el que "el cielo se nos va a quedar pequeño", como prometió Salvador Sánchez, director del Observatorio.

La "astrometría humana", o medir las distancias en el cielo con el uso de las manos y dedos; las claves para poder leer un planisferio celeste; la capacidad de encontrar estrellas y constelaciones; la observación de la Luna y Saturno a través de potentes telescopios; y sobre todo, disfrutar de las Perseidas en un lugar privilegiado. La puerta para ver el Universo con los ojos del conocimiento se abrió en Costitx durante cuatro jornadas, para un grupo de "encantados" con la propuesta. La prueba del éxito es que la participación batió todos los récords del centro en 25 años, según Sánchez, que anuncia que habrá más cursos breves durante todo el año y con diferentes temáticas.

Elena y Clara, dos estudiantes de 18 años, que llegaron al observatorio por "un sueño" son dos de las entusiastas. Elena buscó durante dos meses un regalo de cumpleaños para su mejor amiga hasta que "desesperada", en el último minuto, se despertó recordando imágenes oníricas de las dos mirando las estrellas. En la página web del Observatorio, descubrió lo que se convertiría para Clara "en algo que nunca se me hubiera ocurrido, pero que me ha fascinado". Compañeras desde la guardería, las jóvenes dicen que les encanta la idea de entender "algo que siempre vemos y no sabemos qué es". María, madre de Clara, fue la encargada de llevarlas, pero para no quedarse dando vueltas hasta las once de la noche, decidió apuntarse también. Está "muy contenta" con la decisión, cree que han logrado que uno ahora pueda mirar el cielo "de una manera diferente".

María del Mar y Javi son otros dos exploradores del espacio, aunque ya con una experiencia. Ambos asistieron a otras actividades del Observatorio, desde hace siete años. Administrativa y trabajador en la industria Química, de 28 y 30 años, viven en Palma, están de vacaciones y cuando recibieron la información vía mail del nuevo curso, no dudaron en decir que sí. "Yo tuve Astronomía en tercero de la ESO y puedo recordar cosas que aprendí y siempre me han gustado", explica Mar que contagió su afición a Javi. Juntos leen libros o ven documentales sobre el tema, su próximo objetivo es "un telescopio".

Las lágrimas de San Lorenzo este año estuvieron condicionadas por la luna y las nubes, pero "en ciencia no se puede generalizar", explicó Salvador Sánchez tras el conteo de la esperada lluvia de meteoritos, que registró entre 35 y 50 por hora esa noche en Europa y unas 180 a nivel mundial. Unos resultados celebrados por los científicos que generalmente cuentan la mitad. Lo importante "es disfrutar de lo que vemos", es su mensaje final cuando alguien mirando al cielo exclama, con un grito de sorpresa, que ha visto una Perseida: de trayectoria larga, tan brillante como Marte y de color naranja, cruzando Sagitario. Todas las cabezas se giran de nuevo el cielo, con sus frontales de luz roja y sus planisferios en alto.