Un enfilall de tomàtiga de ramellet de 20 metros de longitud y cerca de 200 kilógramos de peso, que batió las marcas de las ediciones anteriores, fue el gran protagonista de la Fira Nocturna de Maria de la Salut dedicada a esta hortaliza, para algunos es más una fruta. Una noche tranquila y apacible con un elevado número de vendedores y mucho público. En el centro de la plaza des Pou tuvo lugar una muestra a cargo de algunas vecinas de cómo se enhebran (enfilan) los tomates de ramellet para elaborar las ristras que permiten tener esta sabrosa verdura todo el año.

Mientras tanto, en el palco de esta misma plaza, Jeroni Bergas entretenía a los más pequeños jugando al ajedrez. Hubo los tenderetes habituales: las ventas de camisetas del próximo Rock'n'Rostoll; la Segona Ona con sus buñuelos; Cati Quetglas y su hija Margalida con confituras caseras elaboradas por ellas mismas; Toni Vicenç y sus figuras, y numerosos puestos de niñas y niños del pueblo con diversos objetos y alimentos de todo tipo se ordenaban junto a otros vendedores que venían a la Fira por primera vez. Fue el caso de Claudia, una argentina que hace trece años que reside en Mallorca y tiene una tienda en Alcúdia. Ofrece bolsos hechos con tela de lengua y todo tipo de artesanía en cuero y perlas cultivadas. Hubo puestos de cerveza. Como Bonalbo Family, con cerveza checa tradicional Budejoviky Budvar, una rubia suave tipo lager que apenas hace dos meses que han empezado a promocionarla y la Ralf en sus dos versiones Comandante y Tuareg, muy conocidas en el pueblo ya que la fábrica está instalada en Maria. Estuvo también Jaume, de sa Cabaneta, con sus productos artesanos: queso, sobrassada, camaiot? Todo de Menorca y de Mallorca. Cristina, de Inca, vendió objetos hechos con tela, como baberos. Se enteró de la Fira por la página web del ayuntamiento, como algunos otros visitantes.