Entre la anécdota y el susto. En la mañana de ayer, sobre las ocho, un par de vacas y un buey metieron el miedo en el cuerpo a algunos conductores que transitaban por la carretera que comunica el pueblo de ses Salines con el núcleo costero de la Colònia de Sant Jordi. Consultado por este diario, el alcalde, Bernat Roig, explicó que los animales se salieron de los límites de una tanca (cercado) y ocuparon el asfalto. "Un vecino me llamó y enseguida comuniqué los hechos a la Policía Local, localizamos al propietario de la finca y los agentes llevaron a las vacas y al buey de nuevo a dentro", relató.