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'Pebre de Tap de Cortí', adiós a las 'cortinas' rojas

Hace casi quince años que las ristras de pimientos autóctonos no cuelgan de las fachadas de municipios como Santa Maria o Pòrtol. La modernización del proceso para la obtención del pimentón ha hecho que se haya cambiado sol por invernadero

'Pebre de Tap de Cortí', adiós a las 'cortinas' rojas

Una de las tradiciones perdidas durante los último años, tanto en Pòrtol como en Santa Maria, es la colocación de los denominados enfilalls de pebre vermell en las fachadas de las casas, una liturgia que era común en muchos pueblos de la isla, hasta que poco a poco se ha ido diluyendo, siendo precisamente Pòrtol el último pueblo donde se mantuvo hasta septiembre del año 2002.

Con posterioridad, el ayuntamiento de Santa Maria intentó recuperar el tiempo perdido, y en el año 2010, decoró la fachada de s´Apotecaria con las típicas cortinas rojas tan características del secado. Lamentablemente la iniciativa no cuajó y no se mantuvo en los años siguientes.

Sin embargo, ahora el consistorio ha organizado una exposición, que estará abierta hasta finales de agosto, precisamente en Ca s´Apotecari y dedicada a la fabricación y elaboración de este condimento. La muestra recuerda la historia de dos familias de la localidad que lo fabricaron.

La primera de las dos que elaboraron este producto fue la de los Dols, más conocida como Can Mevet, mientras que la segunda es un ascendente de la conocida fabrica de Especies Crespí, que secaba sus pimientos en la actual plaza de Can Orell y cuya tienda estaba situada donde actualmente está la gasolinera de la calle Bernat de Santa Eugènia.

Tres meses al sol

Estos enfilalls se colgaban durante los meses de agosto, septiembre y octubre, para que se secaran al sol y así los pimientos no perdieran sus antioxidantes y poderes conservantes, para posteriormente poder confeccionar el pebre vermell. La cortinas de ristras quedaban expuestas a las inclemencias del tiempo durante las veinticuatro horas del día por un periodo de entre ocho y quince jornadas.

En los pueblos donde se producía, las mujeres eran las encargadas de elaborar los enfilalls, para ser colgados en las fachadas de las casas. Aún hoy en día en muchas casas de Pòrtol, se pueden ver los clavos de los cuales colgaban los pimientos, que daban un aspecto de fiesta al pueblo.

Es común escuchar la anécdota que cuenta que un visitante, a su llegada a Pòrtol y en plena noche, pidió a un conocido de la localidad si se esperaba la visita de la Mare de Déu de Lluc, creyendo que los enfilalls eran domassos para decorar las fachadas.

Una vez completado el secado, se retiraban los pimientos malos para introducir el resto en el horno para su tueste por un periodo de entre seis y siete días, siendo la alimentación del horno por debajo, es decir, como en los de cerámica, debiendo ser reabastecidos cada dos o tres horas hasta la finalización del tueste.

Una vez terminado este proceso, se les quitaba la cuerda que había servido para efectuar las ristras y mantenerlos en las barras del interior del horno y se molían para obtener el preciado pebre vermell, a punto de usar en la elaboración de la sobrasada.

En invernaderos

Actualmente el proceso de fabricación es el mismo, con la única salvedad de que el secado de los pimientos se hace en invernaderos. Sobre todo por dos motivos: por la gran cantidad de vehículos que hay y que dificultan el aparcamiento de los tractores y los trabajos de cuelgue y descuelgue de las ristras. Y, por otro lado, por la posible contaminación del producto debido al incremento constante de la polución. El resto del proceso, tanto el tiempo de secado, como de tueste y el molido, continúan siendo los mismos.

De las familias que producían este preciado producto en Pòrtol, únicamente quedan los Moll, más conocidos como Can Pinso. Son el recuerdo de muchas más: desde Can Marçal, siguiéndoles los Kalets, Can Perro, Can Pins y Can Pixon entre otras. La paga para las casas que colgaban los pimientos en sus fachadas, podía ser de dos formas, con el pebre vermell, que necesitaban para sus matanzas, o en efectivo. La tienda estaba situada donde actualmente está la gasolinera de la calle Bernat de Santa Eugènia.

La distribución

Antiguamente los elaboradores vendían el producto directamente a los consumidores. En Palma concretamente en la plaza del Banc de s´Oli. La máquina que utiliza las piedras de moler que se utiliza en Can Pinso de Pòrtol, tiene una antigüedad de más de cien años, lo que hace que deban lijarlas un par de veces cada mes, para que así puedan funcionar a pleno rendimiento y dar el polvo de pebre bord, tal y como lo conocemos y que se utiliza para las sobrasadas.

Las distintas empresas mallorquinas que todavía fabrican o comercializan pimentón como Can Not, Can Pinso, Can Crespí, Can Caló y Sa Teulera lo suelen distribuir entre la primera y la segunda semana de noviembre.

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