Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cala Rajada

Indignación entre los conductores de las galeras que perderán sus licencias

Niegan cualquier maltrato animal y recuerdan que se perderá un servicio que da de comer a seis familias

Una pareja de turistas acarician el hocico de uno de los caballos que aún tiran de la galeras de Cala Rajada. b. capó

La decisión del ayuntamiento de Capdepera de no renovar las concesiones administrativas para el transporte turístico en galeras tiradas por caballos en todo el municipio, ha indignado a los seis actuales concesionarios, cuatro de los cuales verán caducadas sus licencias a partir del 31 de agosto, sin la posibilidad de renovarlas. Mientras que las dos restantes caducarán poco tiempo después, a mediados de septiembre.

Precisamente estas dos son las más antiguas, ya que vienen ejerciendo el servicio de transporte a turistas desde 1987, que fue cuando inició la actividad Toni Vaquer Rai, el más veterano de los conductores; mientras que el resto solo llevan cinco años ejerciendo.

Según ha explicado el alcalde gabellí, el socialista Rafel Fernández, la decisión fue tomada por el consistorio antes del accidente ocurrido el pasado mes de mayo, cuando el choque entre un motorista y un caballo en una céntrica calle de Cala Rajada, acabó con la muerte del animal y produjo heridas a su conductor.

Sin trabajo

Y pese a que Fernández ha querido dejar claro que nada tiene que ver el accidente con una decisión tomada con anterioridad, esto no parece terminar de convencer a algunos de los afectados con los que ha hablado este periódico, que reconocen que esta podría ser la causa última de que ahora no se renueven las licencias. "El alcalde, en vez de investigar que pasó en el accidente para saber quién fue el culpable y buscar una solución al problema, ha preferido quitarnos todas las licencias", manifiesta un conductor de las galeras.

Para este, "no se han parado a pensar que con esta decisión dejan sin trabajo a seis familias, o que los últimos en llegar, después de cinco años, cuando se puede recuperar el dinero invertido en los carruajes o en la adquisición de los caballos que los tiran, se quedarán sin la posibilidad de amortizarlo y sin poder continuar trabajando".

Preguntado por si creen que finalmente se hará efectiva la decisión del alcalde de no renovar las licencias para que puedan seguir trabajando, muchos coinciden: "No es que lo creamos es que será así", mientras que otro, a pesar de estar convencido de que a finales de agosto se quedará sin trabajo, manifiesta: "Espero que a un alcalde socialista y obrero, se le ablande el corazón y encuentre una solución para que podamos seguir trabajando".

Otro punto de controversia han sido los animales. Hay quien les acusan, como ellos mismos reconocen, de un posible maltrato animal, que ellos niegan rotundamente.

Un hijo de Toni Vaquer, tras dejar a unos pasajeros cerca de un supermercado, reconoce que estos le ha dado cinco euros de propina, euros que ha invertido en comprar una botella de agua y una manzana que el dependiente trocea y sirve al animal. "Este sí está bien alimentado, no se le puede tocar la guitarra", dice en el instante que le pasa la mano por encima del costillar del equino.

Para bodas o festejos

Preguntamos al propietario por el futuro del caballo a partir de septiembre. Él rotundamente contesta: "Vendrá a casa, aprovecharé la galera para realizar pequeños trabajos por encargo, como bodas o festejos si me salen, y cuidaré y alimentaré al animal. Para mí es muy querido".

La misma pregunta se la trasladamos a otro conductor de un carruaje que espera clientes para trabajar y nos contesta: "Estos caballos los compramos porque estaban desahuciados para las carreras profesionales, ahora siguen vivos y gracias a nuestro trabajo no han acabado siendo carne de hamburguesa; pero a partir de ahora no sé que pasará si no tenemos trabajo para mantenerlos ni a ellos ni a la familia..."

Nuevos medios

Finalmente preguntamos al alcalde Rafel Fernández si recapacitará su decisión antes de que caduquen las licencias. Confirma que la decisión ya está tomada, al tiempo que anuncia que se trabaja en la redacción de una nueva ordenanza de tráfico para el municipio. Y es que, por falta de regulación o por otro motivo, en la zona costera gabellina están aflorando otro medios de transporte alternativos a los cabe regular o dar cobertura legal.

Como las eco bicis, que ya circulan por las calles del núcleo turístico, y que no están tiradas por animales sino por jóvenes que pedalean para dar un medio de transporte al turista. Para algunos comerciantes de la zona estos medios, advierten, podrían convertirse en un buen substituto al transporte de la galeras tiradas por caballos. En cualquier caso y aunque el debate esté servido, todo parece indicar que los carruajes a caballo van a desaparecer de las calles de Cala Rajada para siempre.

Compartir el artículo

stats