Mucha gente usa los inodoros como si fuesen desagües que eliminan todo lo que se deposita en ellos, sin pensar que algunos de los elementos que desaparecen después de tirar de la cadena pueden provocar numerosos problemas ambientales y de mantenimiento de las redes de saneamiento.

El ayuntamiento de Calvià aportó ayer las cifras de una problemática que pasa desapercibida pero que, sin embargo, va a más cada año. Según la empresa municipal de servicios Calvià 2000, el hecho de arrojar toallitas húmedas u otros elementos sólidos por el sanitario ha incrementado en un 46 por ciento durante los últimos cuatro años la cantidad de residuos que se retiran en las depuradoras, estaciones impulsoras y redes de alcantarillado del municipio del Ponent. La elevada población tanto fija como flotante de Calvià es una circunstancia que agrava todavía más el problema.

Con el objetivo de frenar esta tendencia que amenaza con colapsar todo el sistema de saneamiento, la empresa pública ha puesto en marcha una campaña de concienciación que consistirá en "informar sobre la necesidad de hacer un buen uso de los sistemas de saneamiento para que el ciudadano conozca la problemática medioambiental, sanitaria y de gestión de los servicios que se derivan de acciones cotidianas que, aunque en muchos casos sean fruto del desconocimiento, tienen una repercusión directa en estos ámbitos", según apuntó ayer el Consistorio 'calvianer'.

Impacto elevado

Las cifras demuestran un impacto importante que no conviene pasar por alto. Las 679 toneladas de residuos retirados del sistema de saneamiento en el año 2012 se incrementaron hasta las 989 toneladas en el pasado año 2015, una tendencia que no ha hecho más que subir y que todo indica que irá a más cada año si no mejora el uso que hacen los ciudadanos de los inodoros.

Las consecuencias también son económicas. "Esta situación deriva en un sobrecoste de los servicios de mantenimiento debido al aumento en la frecuencia de las operaciones de limpieza y retirada de residuos mediante camión mixto, así como una mayor incidencia en las operaciones de mantenimiento y reparación de equipos, dado que se producen mayor número de averías y un mayor desgaste de los equipos", avisa la empresa municipal Calvià 2000.

Durante la campaña, se informará de la necesidad de instalar una papelera en el baño para arrojar todos los elementos sólidos no degradables como toallitas, pañales desechables, compresas, tampones, bastoncillos, discos de algodón, preservativos, hilo dental o tiritas, entre otros desperdicios. Los restos de alimentos también generan problemas de obstrucciones y deberían ser depositados en los contenedores habilitados para esta finalidad.

Además, el Ayuntamiento destaca la importancia de una buena gestión doméstica de medicamentos caducados o no utilizados, ya que "los sistemas de depuración no están preparados para eliminar la gran variedad de componentes farmacológicos existentes en el mercado". Estos componentes son contaminantes, por lo que los riesgos medioambientales son muy elevados. El Consistorio recomienda depositar los medicamenteso en los puntos de recogida habilitados para ello en las farmacias.