Crece la indignación en el municipio de Pollença por la contratación por parte del Ayuntamiento de un policía local de Palma condenado a un año y medio de prisión por patear a un detenido indefenso. El inmovilismo del equipo de gobierno (Junts Avançam-UMP) en esta cuestión, apelando a la "presunción de inocencia" del agente policial, ha motivado muchas reacciones de rechazo entre los ciudadanos. En este sentido, unas 340 personas habían estampado su firma ayer por la tarde en el portal de internet change.org, en una campaña iniciada por el partido Alternativa per Pollença, para exigir al Consistorio que despida al agente de forma inmediata y no espere a la resolución del Tribunal Supremo que deberá confirmar o bien anular la condena impuesta al policía por la Audiencia de Palma.
El mismo día en que este diario informaba sobre la contratación del agente condenado, el equipo de gobierno reaccionó anunciando la apertura de un expediente informativo sobre el caso judicial del policía contratado y encargando un informe de legalidad sobre el proceso de contratación. El alcalde Miquel Àngel March aseguró que no se podía excluir al agente porque cumplía todos los requisitos del bolsín de interinos y, de lo contrario, el Ayuntamiento incurriría en "prevaricación". No obstante, ayer estaban previstas diversas reuniones entre políticos y técnicos para estudiar el caso y calibrar si existen posibilidades legales para prescindir de los servicios del policía local.
Por su parte, Alternativa per Pollença insistió ayer en su petición de que se despida al agente condenado. Este partido exigió ayer una reunión para "depurar responsabilidades" por la contratación del funcionario e instó al Ayuntamiento a emplear los mismos argumentos que el consistorio de sa Pobla, que rechazó la contratación del agente debido a la alarma social que generaría su ingreso en la plantilla. "Es impresentable que un agente condenado por torturas en Palma pueda presentarse a los bolsines de interinos de toda la isla", apunta este partido. Al parecer, además de Pollença y sa Pobla, el agente también intentó optar a una plaza en Deià y Muro.
