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Pasión por la educación infantil

Alumnos, familias y vecinos de Muro celebran una emotiva despedida a las educadoras de la 'escoleta' Món Petit

Las familias organizaron una gran fiesta para las educadoras que se despiden del centro. nena carbonell

Este año, el final de curso de la escoleta Món Petit de Muro fue una fiesta más emotiva y especial de lo que es habitual. La gestión del servicio público de la escuela de educación infantil de 0 a 3 años ha cambiado de adjudicatarias después de llevarse a cabo su respectivo concurso, no sin crear polémica en el pueblo. Es por ello que alumnos, padres y trabajadoras del centro, así como familiares, amigos y exalumnos se movilizaron para mostrar su enorme gratitud por los 24 años de dedicación de las educadoras.

Todo comenzó como era habitual en el final de curso de la escuela, con los pequeños como protagonistas. La batucada, el baile y la fiesta dieron paso a la sorpresa. Joana Fornés y Apol·lònia Moragues, así como las demás trabajadoras del centro, fueron sorprendidas por los presentes, cuando en un momento dado, mostraron sus camisetas con un mensaje especial, 'Gràcies per fer un Món Petit molt gran', que hizo saltar las lágrimas de emoción a más de uno. Le siguió la entrega de detalles y la proyección de un video con numerosas muestras de afecto y cariño, que siguieron de primera mano durante el resto de una velada que finalizó rodando la llave de la que ha sido la segunda casa de las educadoras.

Veinticuatro años se dicen pronto, pero si uno se para a analizar el bagaje del tiempo pasado se da cuenta de que durante toda esta etapa han pasado muchas aventuras y desventuras dignas de ser recordadas. Son muchas las famílias que han compartido experiencias gracias a la complicidad y entrega de las educadoras.

Joana Fornés y Apol·lònia Moragues fueron las encargadas de inaugurar la escuela en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, aportando sugerencias y supervisando las obras para adaptar una parte del edificio a las necesidades de los pequeños, así como sus posteriores ampliaciones y reformas. En la inauguración, el entonces alcalde Miquel Ramis les auguraba suerte y mucho ánimo afirmando que "nadie se hace rico con esta profesión que precisa de mucha dedicación". No iba mal encaminado, pero la pasión por los niños y su gran entrega, les han permitido disfrutar del mundo de la enseñanza de la primera infancia durante casi un cuarto de siglo.

Evolución

Más de 1.500 alumnos y alumnas de 0 a 6 años han pasado por Món Petit, una escuela de educación infantil que ha ido evolucionando con el paso de los años, adaptándose a las necesidades del pueblo y a los nuevos sistemas educativos, pensamientos y normativas, siempre con el objetivo principal de que los más pequeños llegaran y se fueran felices a casa. "Cuando empezamos, las mamás eran las que se encargaban y se preocupaban de la educación de los hijos, pero con los años también conseguimos la implicación de los padres", comentan las antiguas gestoras.

Fornés y Moragues han vivido en primera persona la evolución social, generacional y pedagógica que se ha dado a cabo durante esta etapa. "El boom turístico de1993 a 2002 provocó la necessidad de muchas familias de Muro y alrededores de matricular a sus hijos en guarderías y escuelas de educación infantil; en un primer momento solo se buscaba un lugar donde atendieran a sus hijos mientras los padres trabajaban, aunque ya había famílias que se preocupaban por la educación de la primera infancia", recuerdan las educadoras, que añaden que "para nosotras, la educación siempre ha sido un pilar fundamental, en esta edad es primordial sembrar las bases, buenos hábitos y valores de los futuros jóvenes, como cuando plantas una semilla y sale el primer brote; los padres y la escuela se encarga de regar la planta para que crezca con unas buenas raíces, donde más tarde se asentarán las futuras ramas".

Ahora, muy orgullosas del trabajo realizado, comienzan una nueva etapa lejos de la que ha sido su segunda casa, donde han ejercido tanto de educadoras como confidentes, asesoras, psicólogas, amigas? y una parte más de todas y cada una de las familias que han pasado por el centro, no sin ello dejar de "agradecer la implicación, confianza y el trato recibido por las familias que han confiado la educación de sus hijos a Món Petit".

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