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Medio ambiente

La recogida del 'garballó' constata la llegada de la oruga barrenadora a Capdepera

La Obreria de Sant Antoni consigue recolectar 300 kilos de hoja de palma que durante el año será transformada en distintos productos tradicionales

Parte de los miembros de la obrería que ayer acudieron a su cita anual con la tradición del palmito. biel capó

La obrería de Sant Antoni de Capdepera celebró ayer su tradicional jornada anual de recogida de palma, que después servirá de materia prima para las curtidas manos de la madones de sa llata elaboren de manera artesanal sus productos, cestas, estornies, abanicos, bolsos, etc. Este año la recolecta ha estado marcada por la detección de ejemplares de garballó afectados por la oruga perforadora de las palmeras (Paysandisia Archon) un especia exótica invasora cuyo origen se encuentra en Uruguay y que afecta a las palmeras a través de la actividad barrenadora de sus larvas, causando la perdida de vigor en la planta y un envejecimiento prematuro, hasta la muerte de sus tejidos.

Aunque de momento a la afección en la zona de Llevant es poca, habiendo llegado también a la costa del municipio vecino de Artà, durante la jornada de ayer quedó patente que la presencia del insecto en la zona empieza a ser patente a simple vista.

La recolección del garballó es una tradición muy arraigada en la zona de Llevant y que años atrás fue el motor de una industria que permitió salir a delante a muchas familias. Anualmente la obreria santantoniera, colabora con la Associació dels Amics de les Madones de sa Llata para que éstas puedan seguir elaborando estos productos y enseñando a futuras generaciones cómo se manufactura este producto.

En grupos

La jornada se inició de buena mañana junto a la platja de Cala Agulla, donde los participantes en la jornada se organizaron por grupos de trabajo. El de avituallamiento fue el encargado de cocinar para que al mediodía, al finalizar la jornada de arrabassada de pauma, el resto pudiera degustar una gran paella.

El resto acudió a diversos lugares de las montañas próximas para realizar sus tareas. El grupo de los más veteranos, los abuelos, acompañados por uno de los nietos, se dirigieron a Na Llobrega, donde arrancaron los tiernos brotes de palmitos de los muchos garballons que hay en la zona. Otros se repartieron cerca de la playa, mientras que otros con un todo terreno se dirigieron a la zona vecina de la playa de Cala Mesquida.

Este año la producción ha sido buena y la sequía del invierno, generalizada en la isla, no ha afectado tanto a la montañas gabellines. El hecho de que la jornada no fuera como la de un típico día de calor de verano, favoreció a los trabajadores, aunque dificultó sin embargo las tareas de arrancar el palmito.

Buenas cifras

Al final de la jornada se recogieron unos 300 kilos de hoja de palma y, como vienen siendo tradicional, todo concluyó con una comida para un centenar de comensales, que siguiendo los cánones tradicionales se celebró en el pinar de Ses Vegues, previo a un chapuzón en la idílica playa de Cala Agulla, aunque ayer el mal estado de la mar no invitase demasiado a ello.

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