Maharishi Mahesh Yogi nació el 12 de enero de 1918 en Jabalpur, India, cuando el lugar era parte del Imperio Británico. Pequeño, barbudo y de risa fácil, su don de la palabra le sirvió para darse a conocer en el Reino Unido y los Estados Unidos. Fue en esa época, en la de la década de los 60, cuando fundó el movimiento conocido como Meditación Trascendental, o la sanación espiritual para celebridades traumadas.
Los Beatles, los Rolling Stones o los Beach Boys, le acompañaron en sus cursos. El más famoso, mediático y polémico de los cuales tuvo lugar en su India natal en 1968. Demasiadas cámaras, demasiados focos y mucho ruido. ¿Dónde ir?: donde sople el viento del Himalaya. Y como parece que eso caía en el Mediterráneo, eligió Mallorca (como hubiera podido escoger Roma, que es donde marchó en 1972).
Según crónicas de maestros estadounidenses enseñados por el Maharishi para impartir los cursos en Calas de Mallorca, antes tuvieron que pagar cerca de 1.200 dólares de la época para recibir las nociones básicas de lo que iban a explicar. Hablan del cambio cultural de Los Ángeles a la España de aquellos momentos: "había guardias de aspecto militar. Eran como personajes de un programa de televisión mexicano". Si ni sabían dónde estaba Mallorca hasta que llegaron, mucho menos Calas, una nueva urbanización nacida en 1963 y apoyada por el propio ministro de Turismo, Manuel Fraga.
Pero lo cierto es que desde 1969 hasta 1972 (en etapas anuales normalmente de noviembre a marzo) todo fue un éxito. Algunas fuentes hablan de mil habitaciones, una decena de hoteles, 3.000, 6.000 y hasta 8.000 personas de alto poder adquisitivo.
Hasta llegó un punto en que el representante legal del Maharishi, un tal J.H. Gille, incluso tramitó la compra de "unas cuantas cuarteradas" a pocos kilómetros de Manacor, donde el gurú construiría "una de sus ciudades científicas (con una inversión de 200 millones de pesetas), al estilo de las de Suiza y Hungría. A unos catorce kilómetros de sa Bassa", contaba en junio de 1972 la revista local Perlas y Cuevas. Finalmente "el exceso de ruidos" provocado por "la construcción de nuevos hoteles" le hizo desistir y marchar a Italia.
