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Comarcas

La cosecha de cereal pierde un 40% en las zonas buenas y más de un 60% en las pobres

Hay fincas, especialmente de Llevant y Migjorn, que los payeses labran directamente renunciando a cosecharlas

Dos payeses observan el estado del cereal ante una cosechadora en una finca del municipio de Maria de la Salut.

La cosecha de cereal y leguminosas en Mallorca va camino esta año de ser "catastrófica", según la mayoría de agentes del sector consultados.

Lo primero que se ha cosechado este año ha sido el haboncillo. Gabriel Torrens, secretario general del sindicato Unió de Pagesos, explica que "la campaña ha sido muy mala pues se han registrado pérdidas que rondan el 70% de la producción habitual". Según Torrens: "Es una auténtica lástima porque este año había muchos agricultores que se habían animado a cultivarlo".

Un veterano payés de Maria manifiesta al respecto que "por lo que se refiere a leguminosas, en haboncillo y habas la cosecha es prácticamente cero. Hay fincas que no han cosechado".

El haboncillo se utiliza básicamente para alimentación animal pues aporta una buena cantidad de proteínas. Es también interesante como cultivo de rotación para alternarlo con el cereal pues fija el nitrógeno de la atmósfera al suelo. Esto posibilita que no tengan que usarse tantos abonos.

Por lo que se refiere al cereal: avena, cebada y trigo, cabe destacar que se están cosechando las primeras fincas de avena y algunas de cebada. Según Joan Simonet, gerente de Asaja, "en la zona del Pla, que es la tradicionalmente buena, se calcula una merma del 40%". Sin embargo, en la zona de Llevant y Migjorn -Campos, Llucmajor, Ses Salines etc..- las espectativas son muy poco halagüeñas. Biel Torrens explica que "hay fincas en que los payeses han renunciado a cosechar porque lo único que harían sería incrementar gastos". Joan Simonet también confirma este extremo.

Medias

En la zona del Pla, la media de producción por quarterada de cebada es de 2.400 a 2.500 kilos y este año se habla de unos 1.500 kilos como máximo. Por lo que se refiera al trigo, esta media es de 2.800 a 2.900 kilos por quarterada, que este año será de entre 1.700 y 1.800 kilos. Esto supone una merma de un 40%

Por lo que respecta a la zona de Llevant y Migjorn, esta cifra baja a 900 kilos "y hay rodales en los que apenas es de 300 ó 350 kilos, lo que supone pérdidas pues apenas cubre el coste de las semillas", dice Simonet. En esta zona las pérdidas de la cosecha se estiman en más de un 60%.

Por otra parte, el peso específico del grano de cereal; es decir, la relación entre la cantidad harina y salvado que contiene, es pobre. Eso significa que el grano es poco denso, tiene poca harina y por tanto es de peor calidad.

Por fortuna, de momento no se detectado la aparición de enfermedades como el carboncillo, que en el caso del trigo es fatal.

Pero lo peor de todo es que el precio no será alto, como cabría esperar. Se trata de un precio fijado internacionalmente. "Es la bolsa de Chicago quien decide, basándose en los números de los grandes países productores como Rusia o los mismos Estados Unidos. O sea, que si ellos han tenido una buena cosecha ya nos podemos dar con un canto en los dientes", se lamenta Torrens.

Las razones de esta mala añada cabe buscarlas en una meteorología muy adversa. El invierno ha sido relativamente cálido y seco. Esto significa una escasez de lluvias durante la germinación. Las plantas crecieron débiles. La primavera sí fue lluviosa pero la plata ya no tuvo fuerza y encima tuvo que competir con la hierba que sí se vio favorecida por la lluvia de abril.

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