"El ayuntamiento de Manacor no se plantea dejar a los clientes de la piscina municipal sin servicio", explicaba anteanoche el concejal Miquel Perelló, encargado de resolver una situación que podría llevar al cierre de la instalación el próximo 31 de julio, una vez que la concesionaria, Esquitxos de Blavor SL pidiera hace unos días al consistorio la resolución del contrato. Tanto Perelló como el alcalde Pedro Rosselló anunciaron que intentarán "hacer lo posible para no tener que retener la fianza (estipulada en 1997 en un millón de pesetas), o en última opción pedir daños y perjuicios por incumplimiento culpable".

Está previsto que mañana se lleve a cabo una reunión entre Ayuntamiento y concesionaria para tratar que Esquitxos prorrogue el servicio, mientras la Sala tramita la nueva salida a concurso para la gestión de la piscina. No es la primera vez que la empresa alude a pérdidas económicas y pide la ayuda municipal.