Porreres celebró ayer su IV Fira de l'albercoc, incluida en los actos del programa de Sant Joan Baptista (copatrón de Porreres). Esta edición se encontró con un problema de última hora, contra el que los organizadores no podían luchar ya que por el invierno tan atípico vivido, las distintas variedades han ido madurando con alguna diferencia de años anteriores. Estos días ya se ha finalizado la campaña del albercoc primerenc y los de variedad más tardanes aún no han madurado en su totalidad, pero esto no fue impedimento para la celebración de la IV Fira y hubo suficiente fruto para que los visitantes pudieran adquirir y probar y para realizar el programa de actos.

Las actividades se iniciaron sobre las 18 horas con un taller infantil de la tarea típica de los albaricoques en los sequers, que no era otra que el xapar els albercocs.

El taller dio paso al esperado concurso de xapar albercocs para los mayores. Los centenares de visitantes que se encontraban en ese momento en la avinguda Bisbe Campins se volcaron con los participantes que hicieron tres turnos de media hora cada uno. Durante el concurso se pudo observar el arte de esta labor y la coordinación que hace falta para realizar un buen trabajo y no perder tiempo con los colaboradores que son los encargados del suministro de albaricoques cuando se van terminando en los cajones que dispone cada pareja de xapadors y la retirada de los canyissos que ya están a punto para su exposición al sol y seguir el proceso tradicional.

Por otra parte, se pudo ver la exposición El sequer, también hubo muestra y concurso fotográfico, show cooking a cargo de Miquel Vicens de Can Calent, ball de bot con Estol Porrerenc, concurso de cocas dulces y tapas de albaricoque y diversa oferta gastronómica de bares y restaurantes con protagonismo del emblemático fruto, estrella de su propia feria.