En un solar de 700 metros cuadrados situado en el número 10 de la calle Escórpora de s'Illot (en el municipio de Manacor), vive una colonia de al menos una docena de gatos salvajes. Están allí por ser un lugar espacioso, sin construir, y por la tranquilidad que aporta el sol y el poco ruido a la hora de echarse la siesta. También, y quizá lo más importante, porque una vecina alemana que vive cerca les da rutinariamente de comer y beber. Y así cualquiera. Los gatos, habituados, "cebados y sin necesidad de cazar ratas", viven en la costa y en pensión completa. Pero el paraíso también tiene sus problemas.
En el otro lado, los que padecen desde hace tiempo, son una serie de hogares cercanos al remanso minino. Más que nada "debido a que los animales hacen pipí y popó" allí donde creen oportuno "y eso crea unos olores muy molestos que hay que solucionar de una forma u otra, porque llegará el verano y los vecinos no podrán ni dormir", critica el concejal de Volem en Manacor, Carles Grimalt; cuestión ésta por la que preguntó durante el último pleno al delegado de S'Illot, Antonio García (Silloters y Simpatizantes).
Algo nervioso, el del SyS optó por la opción del avestruz: "se lo he dicho a la señora, que las normas prohíben dar de comer a los gatos en la vía pública... pero qué le voy a hacer. Puede que es porque yo estoy mal de la nariz, pero las veces que he pasado no he notado el olor insoportable que dicen". "No sé si sabrá que los gatos son limpios y hacen un agujero donde lo tapan todo. Lo que pasa es que hay vecinos también que son muy 'empreñosos".
Volem, al tiempo que exige una disculpa pública inmediata, le recuerda a García "que el Ayuntamiento gobierna para todos y cada uno de los ciudadanos, y el respeto debe ser bandera para las personas que gestionan las instituciones", señala Grimalt; "Los vecinos deben ser libres para pedir soluciones sin recibir malas palabras por parte de regidores que ocupan sillas que les cuestan 50.000 anuales, y que gestionan 26.000 para el núcleo". "Hay que encontrar una solución para los vecinos, pero también para los gatos".
Hace unas semanas el alcalde de Manacor, Pedro Rosselló (PP) fue más claro para reconocer un problema "que tampoco es exclusivo de s'Illot, sino que pasa en otros puntos del municipio". Rosselló, también responsable del área de Medio Ambiente local, recuerda que desde hace unos años se viene utilizando una partida (a través de un convenio con una asociación) para esterilizar el mayor número de gatos posibles, "pero en estos momentos debemos estudiar cuál es la opción que más conviene y sea más efectiva, porque no son animales domésticos sino que forman colonias que se van multiplicando".
Y como los gatos no necesitan cazar, ya han aparecido algunos roedores por el paseo Rosella, que han tenido que se interceptados (es decir muertos de una patada) por algunos intrépidos vecinos silloters, que además han colgado sus fotografías por las redes sociales.
