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Es Passeig

Gran dispositivo policial por un grupo de turistas israelíes

El alcalde, ayer, con jefes de comunicación de hoteles.

Algunos vecinos de Magaluf andan algo mosqueados esta semana, porque ven un gran despliegue de seguridad en torno a un importante hotel del núcleo. Agentes uniformados. Rondas continuas de policías. Vigilantes privados. Metralletas. Coches patrulla. Un residente irónico se ha llegado a preguntar si, en vista de que el Nuevo Magaluf puede tomar los derroteros del Viejo Magaluf, alguna mente pensante ha decidido militarizar la zona y cortar por lo sano para erradicar el 'hooliganismo' de las excursiones alcohólicas y de los juegos sexuales con látigo. Nada de eso, evidentemente.

El motivo del aumento de las medidas de seguridad responde a la presencia de un grupo de turistas procedentes de Israel. Se trata de un tipo de visitante muy poco habitual en la zona, que es territorio, sobre todo, de británicos y nórdicos. Cuentan en Magaluf que la realidad geopolítica de este país explicaría ese dispositivo y que la propia Embajada israelí en España habría supervisado esas medidas.

El Ayuntamiento y los hoteles, en la misma línea

En la misma semana en que se anunciaba la apertura de varias investigaciones sobre excesos etílicos y sexuales en locales de Magaluf, el ayuntamiento de Calvià convocaba a los responsables de comunicación de las principales compañías hoteleras de la zona (Melià, Iberostar, BH Mallorca) para diseñar una estrategia conjunta con la que combatir las noticias negativas sobre el destino. La reunión, celebrada ayer, fue presidida por el alcalde socialista Alfonso Rodríguez Badal y contó con la asistencia de la vicecónsul británica, Elaine Brannan. El mensaje que se transmitió después fue muy claro: "No hay marcha atrás hacia un destino de calidad".

Un amor de madre que justifica una intoxicación etílica de aúpa

Si alguien tenía alguna duda sobre hasta adónde puede llegar el amor y la comprensión de una madre hacia su hijo, que observe el ejemplo de Lorraine Relf, una progenitora británica. Su hijo, Cameron, tuvo que ser ingresado tras beberse 75 chupitos en un local de Magaluf (según su propia declaración a la Policía). Lorraine escribió en Facebook que el problema fue que su hijo no había bebido suficiente agua durante el día y que ya estaba deshidratado cuando empezó a beber de noche con sus amigos.

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