El alcalde de Llucmajor, Jaume Tomàs (Més), dejó claro en el pleno de ayer su oposición al polémico megaparque planeado en la zona del Àguila de la Marina por parte de la empresa Llucmajor Photovoltaic, argumentando que el conjunto de proyectos previstos en esta emblemática área generarán un grave impacto.

Asimismo, Tomàs reconoció su preocupación por las 110 torres eléctricas de 40 metros de altura previstas por Red Eléctrica de España (REE). Por ello, exigirá in extremis al Gobierno central que se replantee el estándar peninsular de 132 kV, pasando a 66 kV y aprovechando un tendido aéreo ya existente (actualmente con solo cinco abonados).

El alcalde se posicionó de esta forma tras las históricas intervenciones de las portavoces de la Asociación Cap Blanc-Punta Regana y Llucmajor Alta Tensió, Margalida Rubí y Marta Urbina, respectivamente. El nuevo consistorio de centroizquierda apuesta por la máxima participación ciudadana, y anoche por vez primera se pronunciaron plataformas en la parte final de la sesión ordinaria. Un reglamento establece las condiciones para que tanto ciudadanos en particular como colectivos, clubes y asociaciones puedan intervenir.

El equipo de gobierno, integrado por Més, El Pi y PSOE, admite su temor por el impacto de los proyectos de la Marina en su conjunto, es decir, el megaparque del área del Àguila, otro parque fotovoltaico a unos 200 metros, exactamente en la finca de sa Caseta (que obtuvo autorización medioambiental a finales de 2014), la subestación de REE cuyas obras están en plena fase de ejecución desde hace meses, y las 110 torres previstas de 40 metros, a ´plantar´ desde las inmediaciones de la ciudad de Llucmajor, cruzando la Marina y culminando en s´Arenal. En consecuencia, espera que la Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears y Madrid escuchen sus peticiones y las de las plataformas y entidades movilizadas.

En definitiva, la acumulación de proyectos en la Marina puede provocar que el megaparque de Llucmajor Photovoltaic tenga cada vez menos opciones de prosperar en sus condiciones vigentes (a pesar de la reducción de 97 a 50 hectáreas). A su vez, el Ayuntamiento luchará por minimizar el impacto del tendido eléctrico. La pretensión es que se rediseñe la iniciativa y se aproveche una línea existente. No obstante, el alcalde reconoció que "REE està per damunt del bé i el mal" y que una planificación estatal da luz verde a las controvertidas 110 torres de 40 metros. Sin embargo, las fuerzas políticas advierten de la extraordinaria riqueza medioambiental y paisajística que representa la Marina, con unos valores "únicos".

Más de 300 alegaciones

La Asociación Cap Blanc-Punta Regana desplegó en el pleno una pancarta que rezaba: "No al parc fotovoltaic. Salvem la Marina de Llucmajor. Prou destrucció". Recordó que organismos, asociaciones, plataformas, etc., han presentado más de 300 alegaciones.

Los componentes de dicha asociación alertaron que si el de Llucmajor Photovoltaic contempla instalar 134.000 placas solares, el de sa Caseta, 78.000 más. "En total se consumirán 80 hectáreas de territorio virgen. Es como si ocupáramos más de la mitad del núcleo urbano de Llucmajor con paneles solares. Es un megaparque desproporcionado que atenta contra el paisaje y territorio".