Se denomina 'te con patas'; es una tapa, y ha sido concebida por Javier Veiga, chef del Bistro Mar. Es además la tapa ganadora del concurso de la Fira del Calamar.

La tapa vencedora se sirve en una tetera de dos piezas. La superior alberga una sopa espesa de pescado, la inferior alberga un guiso de patas de calamar, un calamar cincelado relleno de berenjena y unos adornos de yema de huevo duro y flores. Veiga se manifestaba ayer orgulloso del premio y anunció que esta tapa se servirá en su restaurante a lo largo del próximo mes.

La feria de ayer, en Can Picafort, resultó exitosa pues la conjugación de gastronomía, playa y sol, fueron los ingredientes perfectos. El paseo marítimo albergaba puestos de venta de artículos diversos, pero siempre relacionados con temas marineros.

Uno de los puestos que recibió muchas visitas fue el de Grupo Especial de Actividades subacuáticas de la Guardia Civil. Allí se ofrecía información, por parte de varios agentes, del trabajo de esta unidad y podía verse el equipo que utilizan.

Juegos

Junto a este puesto, en la Platja Petita, las diferentes empresas de actividades náuticas ofrecían éstas de forma gratuita a los niños. Así éstos pudieron disfrutar de remar en un kayak, del pádel surf e incluso de probar los reguladores de buceo sumergiéndose en una zona de poca profundidad.

Sin duda alguna, la zona protagonista de la feria fue la gran carpa que albergaba la muestra gastronómica. Miles de visitantes pasaron por allí la noche del sábado, y otros tantos a lo largo de todo el día de ayer.

Junto al ganador del concurso de tapas de este año, se encontraba también Adrià Pitarch, cocinero del Restaurante el Puerto, vencedor del año pasado con sus churros de calamar para mojar en espuma de patata con tinta (que imitaba el chocolate).

La muestra de tapas de calamar despertó muchísimo la curiosidad de los visitantes y fue especialmente destacable la calidad e imaginación que pusieron los responsables de cocina de las 10 empresas representadas.

Sa Roqueta, por ejemplo, recurrió a un clásico como es la empanada mallorquina, pero agregó tinta de calamar a la pasta con lo que las empanadas eran negras, algo que sorprendía a los visitantes. El relleno también consistía en calamar con un toque de cebolla.

Cabe destacar que este año los restaurantes han vendido bien sus eleaboraciones y que el cliente mayoritario ha sido, curiosamente, el mallorquín. Como anécdota es destacable que muchos turistas ni siquiera sabían qué tipo de animal es un calamar.