Ayer se efectuó la limpieza de un tramo de la acequia conocida como el Pou Salat de Binissalem. En la limpieza intervinieron una treintena de voluntarios desplazados desde distintos puntos de la isla, con una gran presencia de extranjeros residentes interesados en la conservación y conocimiento de la historia local.

Esta actividad debería haberse realizado la semana pasada pero fue suspendida debido al mal tiempo reinante.

Durante la limpieza de la acequia, se hizo un pequeño receso, para que el historiador e investigador, Joan Martí, impartiera a los presentes una pequeña charla, acompañada de fotografías, acerca de la importancia que tuvieron estas acequias durante las dominaciones romana y musulmana, tanto para el suministro de agua potable a las poblaciones, como para el regadío de las fincas de cultivo.

Según el historiador, existían dos tipos de acequias: las reales destinadas al suministro de agua a las poblaciones -como la de Coa Negra de Santa Maria o la des Secar de la Real de Palma- y las que se utilizaban para recoger el agua en las fincas. Igualmente explicó la función de los albellons, que se construyeron para evitar la inundación de los terrenos y canalizar el agua a través de ellos. Explicó que desafortunadamente, muchos de estos albellons se han destruido debido al uso de maquinaria moderna a la hora de arar los campos

Bernat Fiol, de Gadma, explicó que la iniciativa de la limpieza de estas acequias pretende dar a conocer la importancia del agua en la época de los romanos y árabes, y que su asociación se consideraba en la obligación moral de conservar estas acequias. El Ayuntamiento de Binissalem ha destinado una partida para la conservación de las mismas a propuesta de la coalición Més.