Ahora que la escasez de agua vuelve a ser uno de los problemas de Mallorca a causa de las escasa lluvia que ha dejado el pasado invierno, hay quien opta por hacer un pozo en su finca. Lo más recurrente es acudir a un saurí (zahorí, en español) para indicar el lugar donde hay agua subterránea.
Tradicionalmente, se usa una vergueta de magraner o de acebuche para encontrar agua. La rama sirve para canalizar la energía del agua hacia el zahorí. Así lo hace Llorenç Cladera, de sa Pobla, quien con 80 años es de los saurins con más experiencia de la isla. Desde los 20 años ejerce el oficio y explica que es un don que no ha traspasado a sus dos hijos, pero quizás lo tenga una generación posterior. "En una familia donde hay un zahorí suele haber un salto generacional", apunta.
Pese a saber usar el péndulo, Cladera opta por la vara de ullastre, "me siento más cómodo con este método. Cuando la cojo, noto una energía por todo el cuerpo". Si durante un día, busca agua en tres o cuatro fincas afirma sentir una sensación de cansancio y fatiga. El método, a simple vista, es sencillo: Llorenç coge la vara con las dos manos y la dobla haciendo una media luna. Cuando pasa por un lugar en el que hay agua subterránea, la vara se dirige hacia el suelo. Si camina y pasa por una zona donde no corre agua, el trozo de madera vuelve a su posición horizontal.
Para saber aproximadamente a la profundidad que se encuentra, Cladera se sitúa en el punto donde hay agua y la vara vuelve a mirar al suelo, él se concentra y cuenta de diez en diez "10, 20, 30, 40, ...90" hasta que la vara se endereza nuevamente lo que le indica los metros a los que se encuentra. Llorenç Cladera señala que su destreza se ha ido perfeccionando con la experiencia ya que no es la misma que cuando empezó.
El don de 'tenir rampa'
Gabriel Vicens Roig, de ses Salines, también es saurí. Explica que empezó a interesarse por este tema gracias a un amigo suyo, quien le habló de los cruces Hartmann, una supuesta red de energía que abarca toda la tierra, según formuló el doctor alemán Ernest Hartmann (1915 -1992). A partir de ahí, se interesó por buscar agua subterránea. "Hay personas que notamos un magnetismo, lo que popularmente se le llama tenir rampa", apunta Vicens.
En su caso, para saber dónde hay agua se sirve, principalmente, de un péndulo porque "para mi es más fiable", pero también hay quien la busca con varillas de metal. La relación de Vicens con el objeto es curiosa: después de una especie de presentación con el péndulo, le hace una serie de preguntas y, según las oscilaciones, el péndulo le indica la ubicación de agua subterránea y la profundidad a la que se encuentra. Sobre si ha fallado alguna vez su predicción, comenta que sí, "pero se debe a las condiciones del terreno porque hay tipos de tierra que conducen al error como la denominada blanquer que es una especie de arena arcillosa, o al blau, una capa impermeable que como su nombre indica es de color azul.
Los servicios de los zahoríes no suelen ser gratuitos y cobran un precio que oscila entre los 50 y los 150 euros, independientemente de si se encuentra agua, o no, después de la perforación.
Al final, el terreno es clave
Una vez se tiene el punto localizado donde hay agua, se necesita un perforador, la mayoría de los cuales son de sa Pobla. Tòfol Planas trabaja en una de estas empresas, Grupo Socias. Tòfol hace casi 50 años que se dedica a ello, "empecé a los 16 y ahora tengo 63", apunta orgulloso.
"Los ingenieros no creen científicamente en los zahoríes, pero por mi experiencia puedo afirmar que el porcentaje de acierto es muy alto, diría que del 90%, si bien es cierto que si se suele fallar principalmente es por el tipo de terreno que se puede encontrar". Planas apunta que en Mallorca, al ser una isla, hay muchas probabilidades de encontrar agua, "un 99% me atrevería a decir".
Una afirmación con la que también está de acuerdo Toni Cladera, hijo del zahorí Llorenç Cladera, de la empresa Perforacions Aigües de Mallorca, también del mismo municipio. "El problema lo encontramos con el tipo de subsuelo. Si éste es grava o pedregoso es más probable encontrar agua porque tiene mejor conductividad; en cambio, si encontramos capas de arcilla o blau normalmente no se encuentra", explica.
"De hecho el blau es uno de los principales problemas para encontrar agua porque la capa puede ser muy gruesa provocando demarcaciones falsas por parte del saurí. Este tipo de suelo es muy habitual en Algaida", señala Cladera, quien también apunta que los caudales subterráneos no son siempre rectos, sino que pueden hacer curvas. En cuanto a la profundidad máxima a la que puede llegar el sondeo, hay que señalar que depende del tipo de terreno y del permiso que otorga la conselleria de Medio Ambiente.
En busca de una base científica
Bartomeu Darder i Pericàs fue uno de los científicos mallorquines de la primera mitad del siglo XX con más proyección internacional, un geólogo de referencia que también fue zahorí. De hecho, investigó y publicó varios artículos sobre radiestesia, sensibilidad especial para captar ciertas radiaciones, utilizada por los zahoríes para descubrir manantiales subterráneos. Pese a que en un primer momento rechazó esta técnica, acabó mostrándose partidario del uso de la vara de los zahoríes como complemento en la búsqueda de las aguas subterráneas.
Así lo expuso en el artículo que publicó en el año 1930 en la revista La Nostra Terra (30:7-17): 'La qüestió dels saurins davant la ciència'. Pese a no poder demostrar científicamente el uso de la vara o péndulo, destacó la coincidencia de los zahoríes en indicar separadamente el mismo lugar, incluso con los ojos vendados y apuntó que, seguramente, "es una nueva rama científica que está naciendo y su estado actual se puede comparar a los conocimientos que hace 100 años se tenían sobre la electricidad".
Han pasado casi 90 años desde los estudios de Darder, y todavía no se ha demostrado científicamente de dónde proviene la magia de los saurins.
