El presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, se comprometió a cerrar de forma definitiva la planta de compostaje de Son Bacs en un plazo de dos años. Ensenyat visitó el pasado miércoles a los vecinos de Maria, de manera especial a los de la plataforma de afectados por los fuertes olores causados por la planta de compostaje, para explicarles la posible solución a este viejo problema. En el acto, celebrado en la escuela d'Alt, le acompañaron Sandra Espeja, consellera de Medio Ambiente, y Mercedes Garrido, consellera de Territorio e Infraestructuras, y contó también con la presencia del alcalde del pueblo, Toni Mulet.

"Me hubiera gustado poder anunciar el cierre inmediato de esta planta pero es totalmente imposible; la solución de este problema es compleja y debemos dar los pasos necesarios para lograr el cierre, lo que no podemos hacer es llevar los lodos a otro lugar y pasar el problema a otro pueblo, la solución tiene que ser definitiva. Hace quince años que tenéis este conflicto y ahora os pido dos años más de paciencia para solventarlo", apuntó Miquel Ensenyat.

El presidente insular explicó que Tirme montaría una planta de metanización de residuos en Son Reus donde podrían tratarse todos estos barros. El proyecto tiene un presupuesto de unos 6 millones de euros. "Hemos puesto en marcha una actuación que durará unos dos años. Además de esta instalación de Son Reus, hemos pedido un estudio para mitigar lo más posible las molestias de los vecinos con actuaciones que no resulten muy costosas y os informaremos de los pasos que irán dando los técnicos para la solución de este enquistado problema", acabó diciendo Ensenyat.

Disconformidad vecinal

Los vecinos más afectados no estuvieron muy conformes con esta respuesta, ya que querían un cierre definitivo inmediato. "Ya estamos muy cansados, tendremos que pasar otro verano soportando los fuertes olores, además no entendemos cómo puede estar abierta la planta sin tener permiso de apertura", comentaban decepcionados.

De todas maneras, ante las explicaciones y el compromiso del presidente del Consell, se calmaron los ánimos y no hubo salidas de tono de ningún tipo. El presidente aseguró que hay muchas actividades y empresas dependientes de la administración que carecen de la correspondiente licencia.