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Can Picafort

La Policía local y Protección Civil se enfrentan por unos coches mal aparcados

Los voluntarios habían estacionado en una calle peatonal tras ayudar en la organización de un triatlón

El jefe de la Policía Local, Pere Alomar, dirigiendo ayer el tráfico.

El enfrentamiento entre la Policía local de Santa Margalida y el Ayuntamiento vivió ayer un nuevo capítulo. Una patrulla policial se detuvo a multar a dos vehículos mal estacionados de Protección civil, provocando un fuerte malestar entre los voluntarios, que en ese momento estaban almorzando. Se recriminó su actitud a los agentes, que al parecer desistieron.

Ocurrió tras una concurrida prueba de triatlón que se celebró por la mañana en Can Picafort. A raíz del conflicto entre la plantilla policial y el consistorio, por la negativa de éste a pagar horas extras -alega que los cuadrantes del servicio se organizan mal a propósito-, ayer solo acudieron a trabajar los agentes que tenían guardia.

Ante el escaso número de efectivos de servicio, el Ayuntamiento recurrió una vez más a Protección civil para regular el tráfico y ayudar en la organización. En señal de agradecimiento, se invitó a la veintena de voluntarios a una paella junto a la playa. Éstos aparcaron dos de sus vehículos en un tramo peatonal de la calle Hernán Cortés, justificándolo en que aún es temporada baja y pasa poca gente.

Entonces aparecieron los policías que estaban de servicio, y empezaron a multar a los jeeps de Protección civil. Según fuentes de este organismo, varias personas les avisaron y salieron del restaurante para protestar, gritando que era "una vergüenza" lo que estaban haciendo los policías. Finalmente, ante el ambiente tenso por lo visto los policías no llegaron a tramitar la sanción, pero ordenaron a los conductores que retiraran los coches.

Por otro lado, el subinspector jefe titular de la Policía local, Pere Alomar, se reincorporó ayer al trabajo después de un periodo de varios meses de baja laboral. Su regreso coincide con el momento de máxima crispación entre buena parte del cuerpo y su responsable político, el teniente de alcalde Joan Monjo, que ha acusado en las páginas de este diario a algunos de los agentes de multiplicar las multas para lanzarle tanto a él como al alcalde Martí Torres a los pies de los caballos de los ciudadanos.

Alomar tendrá el reto de poner orden en la plantilla y de mejorar las relaciones con las autoridades municipales, algo que no se presume nada fácil. Cabe recordar que los dos agentes que han sustituido a Alomar durante su ausencia han terminado de la peor forma posible, renunciando al cargo por la tensión acumulada.

Ante la escasez de agentes, Pere Alomar tuvo que ponerse insólitamente a dirigir el tráfico durante la prueba deportiva, cuyo plan de seguridad elaborado por el Ayuntamiento no era del agrado de los agentes. El regidor Monjo asegura que tanto él como el subinspector "remarán en la misma dirección".

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