Hay pocas cosas más relajantes que un día (o varios) en el campo. Si a eso le añadimos la posibilidad de quedarse a dormir, cocinar y celebrar algún banquete, fiesta de cumpleaños o una celebración diferente para salirse de la rutina, ahí lo tiene: las casas rurales bien pueden ser la solución. Esta reflexión es, muy probablemente, la misma que ha movido a centenares de personas, que de aquí hasta agosto, han copado todos los fines de semana en las tres ofertas que hace un par de años puso en marcha el ayuntamiento de Manacor: las viejas (y ahora reformadas) escuelas rurales de Sa Murtera y el Puig d'Alanar y las Cases de Son Talent.
"Estoy muy contento de haber podido iniciar la rehabilitación de las escuelas y casas rurales de en mi anterior etapa como concejal", recuerda el alcalde manacorí, Pedro Rosselló (PP), "creo que después de estos años se ha demostrado que la recuperación de este patrimonio público interesa mucho a los ciudadanos, lo que queda demostrado en la enorme cantidad de reservas que llegan al Ayuntamiento". "Gracias a una gestión eficiente y a unos precios que son casi simbólicos muchas personas pueden aprovechar y disfrutar del paisaje y del entorno rural del municipio", añade.
Efectivamente esa es una de las claves en las que el departamento de Medio Ambiente local basa el éxito de la red, que en un futuro debería completarse con la antigua escuela rural de Son Negre, aún pendiente de reforma. Y es que, dependiendo del número de personas que vayan a ocupar las casas, el consistorio fija una serie de precios, que rondan de media el euro por vecino y día. Para grupos de hasta 15, el precio es de 15 euros, de 15 a 30, pues 30. Una regla que en el caso del Puig d'Alanar, es el doble si esa reserva es en fin de semana, aunque, al mismo tiempo, el precio mengua si se 'alquila' por una semana entera.
Una nueva fórmula de turismo local de interior que está triunfando, gracias también a las facilidades administrativas. Simplemente hay que descargar el documento de solicitud de la página web municipal, rellenarlo, especificar el uso que se le va a dar a las dependencias, pagar a través del banco y presentar el recibo en las oficinas consistoriales.
