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Agricultura

Los pequeños hortelanos del Dijous Gros

Los alumnos del colegio de educación especial Joan XXIII han cultivado las habas que este año se comerán en la feria

Uno de los grupos de niños y niñas del colegio Joan XXIII que han participado en el proyecto de siembra, cultivo y recolección de 100 kilos de habas para la feria.

Dicen que cuando una fiesta emana del pueblo se convierte en una fiesta del pueblo. Lo cierto es que cuando participan las entidades y los vecinos el éxito está asegurado. Y así renació hace cuatro años el Dijous Gros, como una fiesta que recuperaron comerciantes, vendedores, vecinos y asociaciones cívicas.

Va camino de ser una tradición porque cada vez implica a más colectivos. Hace dos años que Ignaci Coli, reconocido gastrónomo local, incorporó a la feria una comida popular de 'Bessons de fava' (guiso de habas, en castellano)

Tras dos ediciones en las que siempre los beneficios fueron para alguna entidad, esas entidades han permanecido cada año para colaborar. Este año incluso participan desde el comienzo. Y si el cocinar habas el día del Dijous Gros (5 de mayo) se va imponiendo como costumbre, pues ya este año los restaurantes celebraran una semana de la cocina con habas, además, las que se cocinen en la comida popular habrán sido sembradas, cultivadas y cosechadas por los alumnos del colegio de educación especial Joan XXIII de Inca.

Esta iniciativa ha servido para que estos niños se sientan enteramente útiles e integrados en la feria, pero también para agregar un elemento más en su educación. Como explica una de sus profesoras: "Sembrando las habas han aprendido botánica pues han tenido que aprender, en la medida de sus posibilidades, el ciclo de este cultivo. Pero también han aprendido a trabajar con sus manos quitando hierbas y cuidando las plantas". Además de los conocimientos de botánica adquiridos, "también sirve para que practiquen matemáticas pues han tenido que pesar el producto y hacer cálculos".

Utilidad

Pero lo más importante, según la presidenta de la asociación de padres y madres, Margalida Aloy, es que "sienten que son útiles. Saben que su trabajo va a servir para que se cocine lo que han recolectado el día de la feria y muchos de ellos estarán allí vendiendo tiques".

Cabe destacar que la comida popular se efectuará en la plaza de s'Aigua. Este año se prevé servir unas 500 raciones de habas y para hacerlo se debe adquirir un tique, a precio popular.

Aloy sostiene: "Nos hace muchísima ilusión, puesto que todo lo que se recaude es a beneficio de la apima". La presidenta de los progenitores agrega que "con el dinero, evidentemente vamos a ayudar al colegio en sus necesidades, pero hay algo muy importante que queremos hacer también".

Lo que pretenden los padres es que estos niños, con discapacidad psíquica puedan gozar de lo que disfruta cualquier otro alumno cuando finaliza primaria: un viaje de estudios.

Por las especialidades condiciones de los alumnos de Joan XXIII, nunca ha habido viajes de estudios en dicho colegio.

Viaje de estudios

Maria Aloy explica: "Queremos convencer a algunos profesores para que se impliquen y si hace falta también a padres, pero queremos conseguir que este año, los más mayorcitos puedan ir de viaje de estudios".

Con esa ilusión, muchos de ellos han trabajado como verdaderos jabatos, superando dificultades, y ayer recolectaban habas como profesionales para conseguir un producto de primera calidad para la feria. "Llevan ya 100 kilos de bessó y hay carnicerías y comercios que nos van a regalar el resto de condimentos". Las madres elaborarán dulces para contribuir.

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