En el pleno del Consell, los partidos del Govern (PSOE, Més y Podemos), votaron en contra del cierre de la planta de compostaje de Son Bacs, tal como pedía El Pi. La propuesta de cierre fue defendida por Antoni Pastor, que estaba arropado por algunos vecinos y concejales de la oposición de Maria, que acudieron al pleno con la esperanza de ver solucionados sus problemas de olores.

Pastor solicitó que Medio Ambiente tomara las medidas necesarias para cerrar la planta de compostaje debido al mal estado de su infraestructura "ocasionando problemas de malos olores y causando daños ecológicos en el entorno". Esta planta, que, según sus opositores, funciona sin licencia y con numerosas deficiencias está junto a la depuradora mancomunada de Maria, Sineu, Petra y Ariany, dentro del término municipal de esta última localidad, si bien se da la circunstancia de que la mayoría de propietarios de las fincas colindantes son de Maria y son los que sufren las molestias.

Esta planta, construida en 1999, siempre ha tenido al municipio de Maria en contra. Las numerosas protestas nunca han conseguido parar el proyecto. Parece ser que, en un principio, los olores se debían a que se transferían grandes cantidades de fango y basura orgánica de otras depuradoras que cerraron su planta de compostaje y que esta planta no podía absorber en su totalidad. La pestilencia se produce al removerse estos montículos de residuos orgánicos.

Firmas

Cuando llega el verano el olor invade las calles del pueblo. Algunos años resulta insoportable y dura hasta las fiestas patronales que se celebran el 8 de septiembre. En todas las ferias que se celebraron los viernes del mes de agosto del año 2006, un grupo de vecinos recogió numerosas firmas para buscar una solución a este grave problema que estos días ha vuelto a la actualidad.

El Consell prometió en aquellos momentos realizar un informe de impacto ambiental y proceder a solucionar el tema "equipando la planta con las técnicas más avanzadas. Proceder al aislamiento con telas asfálticas para que no filtre, cubrirla y cerrarla con unos tipos de membranas que absorben hasta el 90% del olor que se produce y dotarlas de todo lo necesario para que no se moleste a los vecinos".

En aquellos momentos todo quedó en promesas que nunca llegaron a cumplirse. Los mariandos esperan ahora que las palabras del presidente del Consell, Miquel Ensenyat, en el sentido de que se informará sobre los problemas existentes y buscará una solución se traduzcan en hechos.