Desde el pasado viernes Lloseta cuenta con un nuevo espacio de ayuda social alimentaria. Se trata de una reconversión más que de una inauguración ya que se han unido el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento y el voluntariado de Cáritas.

El consistorio ha cedido el anterior local que usaba la Policía Local que se ha convertido en un minimercado al que han nominado Sa Botigueta.

La idea, tanto del Ayuntamiento como de Cáritas es la de trabajar en equipo para optimizar los recursos. Ocurría anteriormente que cada cual trabajaba por su cuenta y a veces se efectuaba por duplicado.

María Antonia Crespí es la asistenta social que canaliza las ayudas de las que se benefician unas 52 familias necesitadas residentes en Lloseta.

El material, tanto comestibles como de limpieza, procede de los fondos europeos, del Ayuntamiento y de las campañas que realiza el voluntariado de Cáritas. Las entregas a las familias se realizan cada 15 días previo visado de los servicios sociales municipales.

El sistema de entrega ha variado ya que hasta ahora se hacía entrega a las familias de una bolsa variada de alimentos según el número de integrantes de la misma. Ahora cada beneficiario tendrá una serie de puntos que podrá invertir en recoger los productos que realmente necesite.