El problema de Caimari en cuanto a la consecución de un nuevo solar donde construir la escuela es la escasez de suelo urbano. Los solares del pueblo son relativamente pequeños para las necesidades educativas ya que la conselleria de Educación exige en la actualidad, un mínimo de 4.000 metros cuadrados. Por lo que respecta al suelo de transición, que legalmente podría usarse si se obtuviera una declaración de Interés General cabe tener en cuenta la orografía de Caimari. Se trata de un pueblo de montaña con pronunciados desniveles. El Ayuntamiento, consciente de esta circunstancia ha encaminado sus negociaciones hacia una zona concreta que, en su opinión, es la más adecuada. Se trata de un solar y una finca situados entre la iglesia y el polideportivo de ses Deveres. Una parte es urbana, pero debería complementarse con otra rústica. Algo que pasó por alto en la reunión mantenida el pasado martes es que construir un colegio en esa zona alteraría de forma visible la fachada del pueblo, ocasionando un impacto en la panorámica típica del núcleo poblacional desde la carretera de Inca. Cristòfol Barceló reconoció ayer este punto, pero matizó que "sería minimizado si en la construcción se tuviera en cuenta la tipología de los pueblos de montaña, usando materiales acordes con el entorno y levantándolo en una sola planta, si Educación lo acepta".