Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Juanjo Cerdà: "Fabrico la mayoría de instrumentos con caña de s'Albufera"

"Mi abuelo me enseñó a construir mi primera turuta con una caña y un papel de fumar"

Juanjo Cerdà toca su guitarra de caña y calabaza. Pep Córcoles

Un trinxet, una hoja de papel de lija y cuerda es todo lo que necesita Juanjo Cerdà para ponerse a trabajar. Vive con ilusión su actividad como luthier. Tanto es así que casi ha abandonado la artesanía de su familia, que es la cestería y la cordelería, para dedicarse por completo a fabricar instrumentos antiguos.

-¿Cómo aprendió a fabricar instrumentos populares?

-Cuando era niño los hacía con mi abuelo. Él, con una caña y un papel de fumar, me hacía nunuts, que en castellano se conocen como turutas o cazús. Así comencé a interesarme por los instrumentos sencillos.

-Supongo que alguien más le enseñó.

-Soy autodidacta. Yo únicamente he aprendido de un luthier que se llamaba Repiso. Él fabricaba guitarras hawaianas usando el cuerpo de una guitarra eléctrica. Le vi hacerlo y probé de imitarle. Sin embargo, siempre he querido ser un fabricante muy próximo a la naturaleza así que me propuse hacerlo con lo que esta nos brinda. Estuve haciendo muchas pruebas con calabazas y cañas como mango hasta que di con la forma. Ahora fabrico guitarras de estilo africano que suenan como las hawaianas.

-¿Y un buen día dijo: Voy a ser luthier?

-No, fue porque en Pollença se hizo un taller de teatro y los niños hacían todo: las marionetas, la música, etc. Fui elegido para hacer los instrumentos y empecé a pensar en dedicarme a ello.

-¿Cómo es que se dedica a esto profesionalmente? ¿Quiero decir si da para vivir?

-Realmente soy músico. Soy guitarrista. Siempre me ha gustado tocar la guitarra y me he dedicado concretamente al flamenco; de ahí el nombre artístico de Potajito. Pero ocurre que de la música no se puede vivir, o al menos es muy difícil. De la artesanía casi que tampoco, así que he optado por combinar ambas cosas y al menos puedo decir que me gano el jornal dignamente y haciendo lo que me gusta: música y construir instrumentos.

-Acláreme... ¿usted es cordelero, no es cierto?

-Mi padre es cestero y cordelero y yo he trabajado toda mi vida con él. Ahora ya está jubilado. Yo sigo haciendo cestas mientras construyo instrumentos pero la realidad es que las cestas ya me resultan una pérdida de tiempo. Construyendo y vendiendo pequeños instrumentos populares me gano mejor la vida.

-Usted ha dicho que le gusta trabajar con elementos naturales, ¿cómo cuales?

-Yo trabajo básicamente con caña de la Albufera de Muro. Aprovecho las idas y venidas de los mercados para pararme a cortar cañas. Las seco adecuadamente y las uso para mis instrumentos. De caña son las carrasquetas, que es un instrumento que imita el sonido de unas castañuelas; las turutas, que solo necesitan un agujero y un papel de fumar, aunque yo lo he sustituido por un pedazo de plástico porque dura más, para imitar el sonido musical, sólo tarareando. Son también de caña las flautas de émbolo o los reclamos de pato que pueden ser muy útiles para los cazadores o los naturalistas que quieran atraer aves y observarlas. Los adquieren mucho los turistas como recuerdo. Y puedo decir con orgullo que es un artículo totalmente autóctono.

-¿De dónde toma las ideas?

-Hoy en día tenemos la suerte de tener internet, que es un gran foro de información. Yo paso horas viendo instrumentos primitivos de otras culturas y adaptándolos a nuestros materiales y nuestros sonidos. Tengo tanto trabajo con lo que hago que tengo una lista de espera de proyectos por hacer.

-¿A quién vende sus instrumentos?

-Muchos son infantiles y por tanto los niños son mis principales clientes.

Compartir el artículo

stats