Las procesiones del Jueves Santo volvieron a llenar las principales calles de las localidades de la part forana. El Jueves Santo rememora pasajes de los últimos días de Cristo en la Tierra: la última cena, el lavado de pies a los apóstoles y la posterior crucifixión de Jesucristo.

En la mayoria de pueblos se celebran desfiles que invitan al recogimiento de los fieles cristianos y a la esperanza en la futura resurrección dominical.

En Manacor, la denominada Processó de la Sang reservó nuevamente espacio para personas que necesitaban sentarse. Las diferentes tallas se mezclaron con el tradicional paso viviente de Crist Rei, uno de los ´cuadros´ más esperados y sentidos por los devotos locales y público en general.

En Inca la procesión despertó ayer una gran devoción entre los ciudadanos, que se concentraron en la plaza de Santa Maria la Major para contemplar la salida de los pasos. La expectación de este año estaba en el estreno de la nueva cofradía: Jesus en el Huerto, que curiosamente porta el paso más antigo, con más de 100 años.

La marcha religiosa de Inca estuvo presidida por el Sant Crist de la Sang y en ella participaron todas las cofradías de la ciudad por orden de antigüedad.

Cabe destacar la ausencia, por primera vez de las autoridades civiles tras la renuncia que el alcalde, Virgilio Moreno, hizo a la invitación de las cofradías.

En Son Servera, la cofradía de la Pietat, de donde eran cofrades Victoria Sard, la última víctima de violencia de género, y sus padres, salió a la procesión sin su habitual banda de cornetas y tambores, en señal de repulsa al trágico asesinato del pasado día 11. La intención de los cofrades era realizar la procesión en el más estricto silencio en señal de respeto y recuerdo de la joven y su familia.