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Atención Social

La alternativa de los expulsados de Llucmajor

Los estudiantes que cometan faltas aprenderán con la figura del educador de calle - La iniciativa se estrenará en s'Arenal

Maria Antònia Gil, regidora de Atención Social. DeuXQuinze Fotografia

El ayuntamiento de Llucmajor, a través del área de Atención Social, dirigida por la regidora Maria Antònia Gil (El Pi), ofrecerá a partir de ahora -se prevé concretamente al término de las vacaciones de Pascua- una alternativa a los adolescentes expulsados de los centros educativos de secundaria. Este proyecto se iniciará en s'Arenal, exactamente en el IES S'Arenal y el colegio concertado Sant Vicenç de Paül. Tomará protagonismo la figura del educador de calle. Actualmente, el consistorio sólo dispone de una profesional, si bien el objetivo es contar próximamente con tres.

La concejala Gil explica que la iniciativa se activa en s'Arenal aunque la intención es la de implantarla progresivamente en el conjunto del municipio.

El objetivo principal es el de "ayudar a los adolescentes en su proceso de maduración y promover pautas de resolución de conflictos eficaces que se puedan utilizar no sólo en el ámbito educativo sino también en cualquier ámbito de su vida", señala Gil.

En este sentido, la edil añade que la mayoría de veces "es un problema para los padres tener un hijo expulsado en horario laboral, y este programa permitirá que los alumnos permanezcan con la educadora de calle y aprendan a conciliar problemas con otros adolescentes y adultos implicados en el conflicto".

Este proyecto se llevará a cabo en colaboración con diferentes áreas del consistorio llucmajorer, además de Atención Social, participarán Deportes, Educación y Brigada municipal.

Gil remarca que cada caso es diferente. De esta manera, se seguirán actuaciones distintas en base al motivo de la expulsión del alumno: si ha sido por falta de respeto hacia el profesor o compañeros de clase, si ha sido pillado fumando un porro o consumiendo otras drogas u otras faltas.

El programa precisará de la pertinente autorización de los padres, admite Gil, quien se muestra convencida de la eficacia de esta intervención de la educadora de calle. "Desde el ayuntamiento de Llucmajor apostamos por los proyectos comunitarios y de prevención", subraya.

Los alumnos expulsados podrán, con la educadora de calle, realizar mejoras en la biblioteca, escoleta, parques, polideportivos... "donde haga falta y con la adecuada supervisión, y teniendo presente que son adolescentes".

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