En Calvià, hay una cosa que se llama ROM. No confundir con ron -por la bebida-, ni con memoria RAM -por la informática-, ni con 'room' -que significa 'habitación', en inglés. ROM son las siglas de Reglamento Orgánico Municipal. Es decir, la norma que regula el funcionamiento de los plenos. Desde el inicio de la legislatura, la izquierda impulsó una comisión con representación de todos los grupos políticos municipales, a fin de modificarla. En una de las últimas reuniones, a las disquisiciones habituales de los honorables regidores, se unió otra preocupación: saber si hay un o una 'garganta profunda' (no confundir con la película que dio origen al concepto). Es decir, saber si alguien filtra a los medios lo que sucede en su interior. A la vista del interés en localizar esta 'garganta profunda' alguien podría pensar que lo que ahí se debate es más importante que los Papeles del Pentágono.
La semana pasada, el PP celebró su junta local, en su nueva sede de Magaluf. Su líder, que no presidente de la junta (lo sigue siendo Onieva), José Manuel Ruiz, llamó a los afiliados a centrarse en el trabajo municipal y a aislarse de los vaivenes estatales. Véanse pactos de investidura, Bárcenas, Púnica, Barberá, Brugal... Un Ruiz que, por cierto, se mostró muy crítico esta semana con el edil de Ciudadanos, Carlos Tarancón, por asegurar que C's hubiese garantizado al PSOE una legislatura "más estable" que Esquerra Oberta. En este punto, el PP halla un nuevo punto de unión con el regidor no adscrito, Ignacio González de la Madrid, que forma parte del Grupo Mixto, pero que pocas veces discrepa del PP en votaciones plenarias.
