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Sencelles

La necrópolis del Camp del Bisbe es más antigua de lo que se creía

Los arqueólogos abrirán dentro de un mes dos cavidades inalteradas de las que esperan sorpresas

Un investigador inspeccionando el interior de la cueva. Joan Florit

A mediados del próximo mes de abril se iniciará otra campaña de excavaciones en el yacimiento de la cueva del Camp del Bisbe, en Sencelles. Será la cuarta campaña de trabajos en un yacimiento que ha deparado agradables sorpresas al equipo de arqueólogos encargados de su excavación encabezada por Beatriz Palomar, Lua Valenzuela y Nicolau Escanilla.

La intervención de este año se centrará en la parte de la cavidad que fue descubierta el verano pasado. Se trata de una nueva entrada de la cueva que, a través de un arco, da acceso a dos sales de las que no se tenía conocimiento.

El hecho de que esta nueva entrada se encontrase oculta debajo de grandes cantidades de piedra ha ocasionado que su interior no haya sufrido alteraciones en las últimas décadas.

En palabras de la codirectora de los trabajos, Lua Valenzuela, "En la excavación de 2015, una vez descubiertas estas dos nuevas salas, y después de una rápida prospección en su interior para documentarlas, su acceso fue tapado de nuevo para salvaguardar su conservación, a la espera de la nuevas intervenciones arqueológicas que se producirán durante esta primavera".

El equipo de técnicos ya ha acabado con los exhaustivos trabajos de laboratorio de los materiales excavados hasta la fecha. Una vez analizados detalladamente, se ha cambiado una teoría sobre el origen y la función primitiva que debieron tener las semillas localizadas. En el verano de 2014 se recuperaron gran cantidad de granos de cereal y de plantas de la familia de las habas que se habían carbonizado a causa de un incendio.

Recinto funerario

Según Lua: "En un primer momento pensamos que la cavidad, después de un uso inicial como cueva funeraria en época naviforme, fue reutilizada en época talayótica como almacén o granero. Sin embargo, las recientes dataciones de carbono 14 de los granos nos dicen que, en realidad, éstos fueron depositados en la cueva cuando todavía estaba siendo usada como recinto funerario. Es decir, que posiblemente entre las ofrendas alimentarias que se depositaban junto a los difuntos, encontramos por primera vez cereales y habas en abundancia", afirma Lua Valenzuela.

Los trabajos en el yacimiento se iniciaron en 2013 con la ayuda y financiación del consistorio de Sencelles y la Fundació Mossèn Bartomeu Oliver, propietaria de la finca donde se halla la cueva. Durante aquella primera campaña se llevaron a cabo trabajos de desbroce y limpieza del interior de la caverna. Esta intervención tenía como objetivo la adecuación de este espacio para que fuera el punto de inicio de la Ruta Arqueológica Sencelles-Costitx, inaugurada ese mismo año por el Ayuntamiento de Sencelles.

Época naviforme

A medida que se sacaban las piedras y se limpiaba el interior de la cueva, salieron a la luz fragmentos de cerámica prehistórica y restos humanos correspondientes a la denominada época naviforme (1600-900 A.C.) Estos restos indicaban que se había usado como necrópolis. Según Lua Valenzuela "el hallazgo nos permitió constatar que la frecuentación de esta cavidad natural, por parte de los humanos, se había iniciado antes de lo que se creía, ya que había sido catalogada anteriormente como de la época talayótica (900-550 A.C.)"

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